El Peor de los Escenarios… Bolivia en la Encrucijada.
Por Lic. Carlos Pereyra Mele (11/09/2008)
La grave realidad Política de los acontecimientos de la Republica de Bolivia, no hace sino que confirmar nuestras preocupaciones, que en estos últimos años los señaláramos como, como una lucha fraticida planteada entre dos sectores minoritarios que aprovechando la falta de solución a viejos problemas políticos sociales, que llevan a dividir a la sociedad Boliviana y esto sectores son los “fundamentalismos”: Indigenismo vs. Separatismos la que maniqueamente intentan presentarse como los auténticos representantes de las regiones del País mediterráneo. Y las graves consecuencias para la región, Argentina y Brasil en particular por la situación humanitaria, económica y la posibilidad de impedir la integración continental si se desata una guerra civil en la hermana República..
Vemos la actitud francamente secesionista de los movimientos denominados autonomistas cruceños, cuyo eje esta en la Prefectura de Santa Cruz de la Sierra, que en estos días a pesar de ser minoritarios como todo grupo violento operan como una típica organización paramilitar, con el visto bueno de las autoridades cruceñas, rebeldes del gobierno Central y de las otras tres prefecturas enfrentadas al gobierno legitimo, actuando con una violencia e impunidad, que son la resultante de perder el plesbicito del 10 de agosto pasado que confirmo que 7 de cada 10 Bolivianos apoyan la política Nacional del Presidente Morales.
Y esta violencia es demostrativa de otra grave falencia que tiene el grupo separatista cual es la de carecer de un líder nacional que aglutine la oposición democrática a Morales y también ratifico que los prefectos rebeldes confirmados por las urnas no pueden superar los limites de sus propios distritos y por lo tanto se carece de una estructura política que represente la zona por ellos denominada Media Luna Boliviana electoralmente, y consecuencia de ello no pueden armar una estructura política regional y menos nacional. Por ello recurren a la violencia.
A esta grave situación se llega también por las actitudes de los fundamentalitas indigenistas que con su apoyo critico a Morales y el permanente exigir profundizaciones en medidas políticas a esta altura del siglo XXI totalmente a contramano de las tendencias mundiales, les dan argumento a los violentos de la oposición y algo mucho mas grave aleja del gobierno a los sectores medios de la sociedad boliviana que hasta ahora apoyaran las medidas claves del Gobierno de Morales como es el de la nacionalización del Petróleo y la recuperación por parte del estado boliviano de sus recursos naturales. El plantear una constitución que en vez de mantener la unidad política étnica representada por el tradicional mestizaje Boliviano, profundiza la separación al reconocer 36 etnias, no consolida un estado intercultural, sino que plantea un verdadero caos administrativo y tiende a la disolución del poder estatal para ejercer el control en todo el País.
Pero todos estos movimientos fundamentalistas tienen un común denominador y es que tanto la financiación, organización están ubicados en los países centrales, detrás de estos están, el nuevo recurso que implementaron los poderosos del mundo denominado: las ONG que hacen el trabajo que en otros tiempos realizaban los potencias colonialistas, detrás de las buenas intenciones, esconden los fines mas oscuros, cuales son, los de armar estructuras que lleven a los reclamos sectoriales o étnicos a niveles que impidan el dialogo y los conduzcan al enfrentamiento violentos de los adoctrinados, de cada bando. En este marco es importante destacar lo que recientemente expresara el ex ministro de Hidrocarburos autor de la Nacionalización de los Hidrocarburos del Gob. De Morales, el Dr. Solís Rada: El escindido equipo gubernamental, entre defensores de lo indo-mestizo, que respaldan la unidad nacional, y los indigenistas que, financiados por ONG, han entregado a los separatistas de Santa Cruz las armas que necesitan para culminar la atomización del país, se encuentra, en consecuencia, ante definiciones históricas. Nunca será suficiente insistir en que separatistas e indigenistas a ultranza tienen el mismo amo: El Nuevo Orden Mundial, es decir el imperialismo.
A este panorama conflictivo se suma la decisión del Presidente Evo Morales que declaró el miércoles "persona no grata" al embajador Philip Goldberg, e instruyó al canciller David Choquehuanca que comunique su decisión al gobierno de USA. Este diplomático recordemos, participo de la disgregación de la exYugoslavia, (es un experto en separatismos), que no podemos soslayar en reconocer que la política exterior de USA para el mundo después del 11S, esta diseñada no por los diplomáticos del Departamento de Estado, sino por el Pentágono y nuestro Continente esta bajo la jurisdicción del denominado Comando Sur de EEUU, y que su principal rol es el de mantener bajo su control los recursos estratégicos y proteger las inversiones Norteamericanas en Suramérica. Para ello sigue la matriz de los NeoCom de la actual administración republicana, cual es: la de la militarización de los conflictos políticos.
Ante este realidad grave para los intereses nacionales regionales de los vecinos de Bolivia, muy especialmente para Argentina y Brasil, y tomando debida nota de la política del Imperio Norteamericano para con nuestro Continente, nos exige realizar no solo un esfuerzo de las cancillerias Suramericanas con declaraciones de compromiso, sino una presencia real en ese conflicto, respaldando al sistema democrático y ayudando al Gobierno legitimo a desarmar a los grupos fundamentalistas, ejerciendo las presiones que se consideren oportunas realizar, políticas, económicas y de fuerza en las fronteras para impedir la profundización de la crisis y sentar a los sectores en pugna a una mesa de dialogo y consenso. Tenemos mucho en juego en este conflicto que pone en riesgo la Unión del Continente
NOTA DE P DE H: Hace tiempo que venimos denunciando una verdadera sinarquía que esta cercando a Bolivia, desde poderes aparentemente contrapuestos. Por un lado los separatistas y por el otro los indigenistas. En medio Bolivia, y un Presidente que debe unir en la diversidad buscando la unidad de destino en lo universal, de lo contrario, habra guerra civil, y probablemente, secesión.
viernes, septiembre 12, 2008
lunes, septiembre 01, 2008
Zbigniew Brzinski consejero del Imperio
(Fuente: Red Voltaire).
Zbigniew Brzezinski, ex consejero del presidente estadounidense Jimmy Carter, encarna la continuidad de la política extranjera de los EE.UU, lo que no significa que sea una política de tendencia demócrata o republicana. Gran admirador de Henry Kissinger, Brzezinski siempre ha defendido, alabado y demostrado sumo respeto por los dos conceptos de diplomacia del «maestro», el equilibrio de las potencias llevado a teoría por Metternich y la doctrina «containment» elaborada por George Kennan.
Zbigniew Brzezinski preconiza hoy cómo se debe debilitar y acorralar militarmente a Rusia, y está convencido de que la mejor manera es la desestabilización de sus regiones fronterizas, una estrategia política que mucho interés despertó en el equipo del fallido candidato presidencial estadounidense John Kerry, equipo que reclutó a su hijo Mark Brzezinski como consejero para política exterior.
Según el discurso de George W. Bush durante la campaña presidencial del año 2000, hubiéramos podido esperar que asumiera -según la doctrina de su consejero, «el halcón» Wolfowitz-, una actitud rígida, incluso agresiva hacia la Rusia de Vladimir Putin. En vez de eso, hemos observado un trato inédito en las relaciones políticas mutuas de estas dos grandes naciones. Esto ha sucedido después del 11 de septiembre de 2001.
Muchos observadores y analistas estiman que existía un acuerdo entre Putin y Bush, por el cual la administración norteamericana se privaría de criticar las operaciones militares rusas en Chechenia a condición de que Putin no se entrometiera en las intervenciones e injerencias estadounidenses en el Medio Oriente.
Esta explicación no da la debida importancia a los hechos del 11 de septiembre de 2001 y al contrario los trata como si fueran una abstracción. Otro tanto sucede con los elementos provenientes del Kremlin con respecto a los mismos sucesos. Podemos añadir que las administraciones republicanas han dado siempre una mayor importancia al Medio Oriente, mientras que la tradición política demócrata en política exterior se centraliza más en Eurasia.
Para elaborar su estrategia frente a la entonces URSS, y más tarde para los Estados del Este, recientemente emancipados de la influencia soviética, el campo demócrata se ha apoyado -desde que Jimmy Carter asumió el poder-, en un hombre brillante, pero sin escrúpulos, y también un acérrimo antirruso: Zbigniew Brzezinski.
La doctrina de este conocido profesor ha logrado adeptos fuera del Partido Demócrata, por el simple hecho de haber definido el imperativo absoluto de la supervivencia y la prosperidad del Imperio: la conquista de Eurasia.
Este catedrático nació en Varsovia en 1928, hijo de un diplomático polaco. Brzezinski emigra a Canadá a la edad de diez años cuando su padre fue destacado en ese país. Obtiene una licenciatura y una maestría en la Universidad Mc Gill de Montreal, y, posteriormente, un doctorado en Harvard en 1953, convirtiéndose en ciudadano estadounidense poco después. Contrae matrimonio con la hija del ex presidente checoslovaco Eduardo Benes.
Entre 1966 y 1968 se desempeña como miembro del Consejo de Planificación Política del Departamento de Estado de los EE.UU, donde desarrolla la estrategia de «implicación pacífica» frente y hacia la Unión Soviética, todo esto dentro del marco de la Guerra Fría. En octubre de 1966 convence al presidente estadounidense Johnson de modificar las prioridades estratégicas de modo que el «deshielo» sea colocado antes de la reunificación alemana.
Durante la campaña presidencial de 1968, Brzezinski preside el grupo de trabajo encargado de la política exterior del candidato demócrata Hubert H. Humphrey, que perdería finalmente ante Richard Nixon.
El inspirador de la creación de la Comisión Trilateral
A principios de los años setenta, Brzezinski se distingue como analista cuando anuncia proféticamente la llegada de actores mayores al escenario del poder mundial. Se trata de Europa y Japón, cuyas economías se han levantado rápidamente después de la Segunda Guerra Mundial.
En un artículo suyo publicado en la revista Foreign Affaire, en 1970, expone su visión de este «nuevo orden mundial»: «Se hace necesaria una visión nueva y más audaz -la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad. Además de los Estados Unidos de América y Europa Occidental, debe incluirse a Japón (...)
«Un consejo formado por miembros de Estados Unidos, Europa Oriental y Japón que fomentara encuentros regulares entre los jefes de gobierno, pero también entre personalidades menos importantes, sería un buen comienzo.» El mismo año, Brzezinski lanza nuevas ideas en su nuevo libro titulado: Between two Ages [1], donde explica que ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos.
La revolución de las técnicas de producción, el cambio de la industria pesada a la electrónica, debía provocar un trastorno de sistemas políticos y una nueva generación de élites en el poder. David Rockefeller, entusiasmado con estos conceptos, lo contrata entonces para crear la Comisión Trilateral y lo nombra director. Esta fue establecida oficialmente en 1973, y reúne a importantes figuras del comercio mundial, de los medios bancarios internacionales, gobernantes y los grandes medios de comunicación europeos, japoneses y norteamericanos.
Cuando ocurrió el primera crisis petrolera, la principal preocupación de estos maestros de las finanzas mundiales fue la de quitarse de encima la responsabilidad de la deuda exterior de los países en vías de desarrollo, dando mayores obligaciones y fortaleciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI). También se trataba para los Estados Unidos, debilitados en aquella época por su fracaso militar en Vietnam, de apoyarse en cada extremo geográfico del continente euroasiático, donde tenían gran influencia después la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de mantener y extender su hegemonía.
Esta misión, vista desde afuera, otorga sin dudas a Brzezinski una imagen de defensor de la paz, portavoz de la disminución de la tensión mundial (Guerra Fría) y de las relaciones multilaterales, e incluso -ante los ojos de la extrema derecha-, una apariencia de globalista inspirado en el marxismo.
Para llevar a cabo los grandes planes de la Comisión Trilateral, lo mejor era que uno de sus miembros llegara a ser presidente de los Estados Unidos.
El presidente Carter y el doble juego
Desde la creación de la Comisión Trilateral, el pastor Jimmy Carter era uno de los que con seguridad formaban parte del equipo Rockefeller-Brzezinski. Había abierto las primeras oficinas comerciales para el estado de Georgia en Bruselas y en Tokio, cosa que hacía de él la imagen modelo o el concepto fundador de la Comisión [2].
Para su nominación como candidato a las elecciones y la elección presidencial de 1976, Rockfeller puso en funcionamiento sus relaciones en Wall Street y a trabajar a Brzezinski, cuya influencia académica al servicio del candidato demócrata Jimmy Carter fue de gran provecho para que ganara las elecciones. Naturalmente, cuando Carter fue elegido, Brzezinski ocupó el puesto privilegiado de consejero de seguridad nacional [3].
Una vez en su silla, Carter definió como prioridad la reducción del arsenal militar nuclear de los dos bloques (EE.UU-URSS). Sin embargo, la crisis de los mísiles SS-20 soviéticos apuntados hacia Europa hizo que Carter reaccionara con el despliegue de los mísiles Pershing, lo que arruinó sus esfuerzos, sinceros o no, y puso a ambos bloques en una situación de desconfianza recíproca.
Se puede constatar que en aquella época el campo soviético tenía buenas razones para sospechar que su adversario realizaba un doble juego: la derrota militar de los EE.UU en Vietnam les obliga a mantener cierta modestia en el plano militar y estratégico, mientras que Brzezinski preparaba su plan de guerra por mandato, para preparar una trampa y obligar a la Unión Soviética a entrar en un conflicto periférico.
La desestabilización del régimen comunista afgano y el financiamiento y entrega de armas a las primeras milicias jihadistas anticomunistas en 1979 provocaron, como previsto, la entrada del Ejército Rojo en Afganistán. Para ello Brzezinski se apoya en los efectivos servicios de espionaje e inteligencia paquistaníes, el temido ISI.
Cuando la revista francesa Le Nouvel Observateur le realizó una entrevista en 1998, Brzezinski reconoció que el equipamiento de las tropas antisoviéticas de Bin Laden era anterior a la invasión rusa y destinado a provocar su reacción:
Le Nouvel Observateur : El ex director de la CIA, Robert Gates, lo afirma en sus Memorias: los servicios secretos norteamericanos comenzaron a ayudar a los mujaidines afganos seis meses antes de la intervención soviética. En esa época usted era el consejero del presidente Carter y su papel fue clave en este asunto. ¿Lo confirma?
Zbigniew Brzezinski : Sí. Según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los mujaidines se inició en el año 1980, es decir, luego que el ejército soviético invadiera a Afganistán el 24 de diciembre de 1979. Pero la realidad, mantenida en secreto hasta hoy, es muy distinta: fue el 3 de julio de 1979 que el presidente Carter firmó la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen pro soviético de Kabul. Aquel día le escribí una nota al presidente en la que le explicaba que en mi opinión aquella ayuda provocaría la intervención de los soviéticos. (...) No empujamos a los rusos a intervenir, pero conscientemente aumentamos las probabilidades de que lo hicieran.
N.O.: Cuando los soviéticos justificaron su intervención afirmando que luchaban contra una injerencia secreta de los Estados Unidos nadie les creyó, sin embargo había un fondo de verdad. ¿No lamenta nada hoy?
Z. Brz.: ¿Lamentar qué? Esa operación secreta era una excelente idea. Tuvo como efecto atraer a los rusos hacia la trampa afgana, ¿y usted quiere que lo lamente? El día en que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera afgana escribí al presidente Carter en esencia: «Esta es nuestra oportunidad de darle a la URSS su Vietnam» (...).
N.O.: ¿Tampoco lamenta usted el haber favorecido el integrismo islámico, haber entregado armas y asesoría a futuros terroristas?
Z Brz.: ¿Qué es lo más importante ante la mirada de la historia mundial, los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos islamistas excitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?» [4]
(Nota de la redacción de la Red Voltaire: el conflicto en Afganistán desde sus inicios en 1979 ha causado miles de miles de muertos, para algunos observadores un millón de muertos y desplazado gran parte de la población civil del país, en la lamentable condición de refugiado, pero para el Sr. Brzezinski los fines justifican los medios).
Al hablar de «algunos islamistas excitados» en esta entrevista, Brzezinski no subestima el poderío de Al Qaeda, pero caracteriza la realidad de lo que los neoconservadores han erigido en mito a fin de justificar su cruzada mundial. Claro que un miembro del Council on Foreign Relations se cuidaría muy bien hoy de ser tan categórico.
Alianza objetiva con China y apoyo incondicional al Shah de Irán
Si bien Nixon y Kissinger habían jugado decididamente con el miedo al cerco de la Unión Soviética, iniciando un proceso de normalización de las relaciones con China, una parte de los más allegados a Carter desconfiaba de este acercamiento que pretendía Brzezinski.
Al llegar a la Casa Blanca, Carter había afirmado que optaría por el diálogo con la URSS y guardaría distancia con respecto a la República Popular China, pero su secretario de Estado, Cyrus Vance se enfrentó rápidamente a la obsesión antirrusa de Brzezinski y durante todo su mandato Carter tuvo que esforzarse por conciliar los antagonismos de su administración.
Quien hacía las veces de mediador entre estos dos polos era Richard C. Holbrooke, futuro embajador de los Estados Unidos en la ONU y asesor de John Kerry para la política exterior durante su campaña, junto a Mark Brzezinski, hijo de Zbigniew. Según Cyrus Vance y otros partidarios del diálogo, como el renegado demócrata Averell Arriman, la lógica triangular de cerco sólo podía conducir, en el mejor de los casos, a un malentendido con la URSS, cuando no a la guerra.
Preconizaban el diálogo sobre el desarme y la cooperación con la Unión Soviética para neutralizar los conflictos del Tercer Mundo. La normalización de las relaciones con China siguió en marcha. Brzezinski llegó a ultimar un programa conjunto de cooperación estratégica y a mantener buenas relaciones personales con Deng Xiaoping, lo que le vale ser actualmente bien visto entre los chinos.
La misma desconfianza de Brzezinski hacia la URSS se encuentra en su actitud con respecto a Irán, que bajo el régimen del Shah era considerado un baluarte contra la influencia soviética en el Medio Oriente. Así, Brzezinski le aseguró su apoyo al Shah hasta el último momento, y pidió la intervención militar de los Estados Unidos para mantenerlo en el poder incluso cuando una parte de la administración Carter, a la cabeza de la cual se encontraba el secretario de Estado, quería su salida.
Sin embargo, las acciones concretas de Washington fueron dictadas por el punto de vista del Departamento de Estado, y, a pesar de las conversaciones con los generales que derrocaron al Shah para garantizar un régimen moderado al frente del país, fue Khomeini quien ocupó el poder en un ras de mar popular.
Participó con Carter en las negociaciones de Camp David 1 en 1977 y desempeñó un papel en la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto sin necesidad de tener que imponer su presencia en el momento culminante de los debates, contrariamente a lo que siempre hizo cuando se trataba de la URSS.
Vuelve la amenaza rusa frente a la hegemonía norteamericana
En 1989 Brzezinski abandona la Universidad de Columbia, donde enseñaba desde 1960, para dedicarse a la elaboración del plan de estatus independiente de Ucrania, lo que marca el inicio de su compromiso con vistas a prevenir el resurgimiento de Rusia como superpotencia. Por el contrario defiende la integración de Rusia al sistema de Occidente y el «pluripartidismo geopolítico» en el espacio de la ex Unión Soviética.
Por otra parte, desarrolla «un plan para Europa» que pasaría por la extensión de la OTAN a las repúblicas bálticas. Sus esfuerzos darán frutos varios años más tarde, especialmente con la integración de las tres repúblicas bálticas a la OTAN en 2002. Durante los años 90 es igualmente el emisario especial del presidente de los Estados Unidos para la promoción del mayor proyecto de infraestructura petrolera del mundo, el oleoducto Bakú-Tbilissi-Ceyhan.
Dicho proyecto representa para él la mejor concretización de sus ambiciones tendentes a impedir el renacimiento de Rusia. Paralelamente preside desde 1999 el Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia (American Committee for Peace in Chechnya), instalado en los locales de Freedom House, cargo desde el que pretende intervenir en las negociaciones de paz entre el gobierno ruso y los independentistas dirigidos por Mashkadov.
Sin embargo, estas actividades, cuidadosamente revestidas de buenas intenciones «a lo demócrata» tienen cada vez más dificultades para disimular la realidad subyacente: la de un apoyo encubierto a los independentistas para mantener una guerra periférica, como en Afganistán, a fin de debilitar a Rusia y mantenerla alejada de las ganancias generadas por los recursos del Mar Caspio.
La materialización de la doctrina Brzezinski en el sentido de que «Una potencia que domine Eurasia controlaría dos de las regiones más avanzadas y económicamente productivas del mundo» pasa por la extensión de la OTAN hacia el Este, en lo que trabajó activamente la administración Clinton. ¿Pero cómo venderles esta necesidad de la OTAN a los europeos? «La entidad europea, situada en el borde occidental de Eurasia, y en la proximidad más inmediata de África, está más expuesta a los riesgos inherentes al desorden global creciente que una América políticamente más unida, militarmente más poderosa y geográficamente más aislada (...).
Los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa», explicaba Brzezinski en la revista National Interest en 2000 [5]. Esto tiene el mérito de la claridad: el despliegue de las fuerzas de la OTAN alrededor de Rusia era una medida preventiva. Si Rusia reacciona poniéndose a la defensiva, ello constituiría la prueba de que aspira a restaurar su imperio y a una vuelta al totalitarismo.
Trabajando al mismo tiempo como consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski está encargado en Azerbaiyán de redorar la imagen del dirigente Heidar Alyiev. Para ello no vaciló en calificar al dictador como un «tipo simpático» en una entrevista al New York Times [6]. Como justificación al apoyo anglosajón a la dictadura de Aliyev, Brzezinski argumenta que tras siete décadas de gobierno comunista no puede esperarse que Azerbaiyán y las demás repúblicas de la antigua Unión Soviética adopten la democracia en un lapso tan corto.
Si bien la represión política bajo el régimen de Aliyev tuvo una tendencia a acentuarse durante estos últimos años a medida que disminuían las expectativas sobre las riquezas del Caspio, Azerbaiyán no dejó por ello de pasar del estatus de país «no libre» al de «parcialmente libre» en la clasificación de Freedom House [7].
Al mismo tiempo, en 1999, la secretaria de Estado y discípula de Brzezinski, Madeleine Albright, invitaba a Heidar Aliyev a la celebración del aniversario de la OTAN. Siempre en la misma perspectiva de implantación de la OTAN para permitir a los intereses occidentales, sobre todo petroleros, implantarse en la región, Georgia, Azerbaiyán y Ucrania organizaron ejercicios militares conjuntos el 16 de abril de 1999 auspiciados por el programa «Asociación para la Paz», de la OTAN [8].
Además de sus actividades de consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski apoya o presta su nombre a todo un sistema de fondos y de ONGs (organizaciones no gubernamentales) que apadrinan a las castas, a los intelectuales y a las élites de la antigua órbita soviética.
Por iniciativa del Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia, del que Brzezinski es presidente, tuvo lugar una reunión entre los principales líderes del movimiento checheno entre los días 16 y 18 de agosto de 2002, en Lichtenstein, encuentro que se realizó dos meses después del realizado entre Bassaiev y Maskhadov, donde se estableció el acuerdo sobre la dirección común de las «Fuerzas Armadas de la República Chechena de Ichkeria».
Los participantes concluyeron que Chechenia no podía seguir incluida en Rusia, que era necesaria una amplia autonomía y que se imponían negociaciones con Maskhadov. La toma de rehenes de Beslán, reivindicada por Bassaiev, ¿forma parte del proceso de reivindicación de independencia de Chechenia o del proceso de desestabilización de Rusia? [9].
Podemos hacernos algunas preguntas a partir del hecho de que la principal consecuencia de esta acción fue el ascenso de las tensiones entre Osetia del Norte y la vecina Inguchia, es decir, una «balcanización» cada vez más importante de la región.
Hoy Zbigniew Brzezinski es sobre todo activo en el seno del CSIS, pero sigue siendo el cerebro del programa demócrata en política exterior, de lo que da fe la obsesión del candidato Kerry, y sobre todo de su compañero de candidatura John Edwards, en lo referente a Rusia.
Según los consejos de Mark Brzezinski, eligieron adoptar como primera prioridad la cuestión del desarme nuclear de Rusia, cuando esta ha recuperado su capacidad de producción de petróleo de antes del derrumbe de la URSS y cuando el Estado ruso se beneficia ampliamente del precio actual del crudo, lo que recientemente le ha permitido duplicar su presupuesto de defensa. La cuestión del peligro del vetusto arsenal nuclear ruso no es por lo tanto algo de actualidad, contrariamente a lo que pretende John Kerry.
Su objetivo es otro, más vinculado a la estrategia de subordinación de Rusia defendida desde hace varias décadas por Zbigniew Brzezinski, pero es más difícil de ahora en adelante convencer a la opinión mundial de que Rusia encarna el mal absoluto y de que si no es subordinada volverá al totalitarismo [10].
Para ello hay que provocar su reacción de igual forma que en Afganistán en 1979, pues contrariamente a los Estados Unidos, está a buen resguardo de problemas de suministro energético para las próximas décadas. Así, verificamos una deriva en el discurso de Brzezinski, que calificaba recientemente a Vladimir Putin de «Benito Mussolini ruso», en entrevistas concedidas al Wall Street Journal et au Novaya Gazetta.
Zbigniew Brzezinski, ex consejero del presidente estadounidense Jimmy Carter, encarna la continuidad de la política extranjera de los EE.UU, lo que no significa que sea una política de tendencia demócrata o republicana. Gran admirador de Henry Kissinger, Brzezinski siempre ha defendido, alabado y demostrado sumo respeto por los dos conceptos de diplomacia del «maestro», el equilibrio de las potencias llevado a teoría por Metternich y la doctrina «containment» elaborada por George Kennan.
Zbigniew Brzezinski preconiza hoy cómo se debe debilitar y acorralar militarmente a Rusia, y está convencido de que la mejor manera es la desestabilización de sus regiones fronterizas, una estrategia política que mucho interés despertó en el equipo del fallido candidato presidencial estadounidense John Kerry, equipo que reclutó a su hijo Mark Brzezinski como consejero para política exterior.
Según el discurso de George W. Bush durante la campaña presidencial del año 2000, hubiéramos podido esperar que asumiera -según la doctrina de su consejero, «el halcón» Wolfowitz-, una actitud rígida, incluso agresiva hacia la Rusia de Vladimir Putin. En vez de eso, hemos observado un trato inédito en las relaciones políticas mutuas de estas dos grandes naciones. Esto ha sucedido después del 11 de septiembre de 2001.
Muchos observadores y analistas estiman que existía un acuerdo entre Putin y Bush, por el cual la administración norteamericana se privaría de criticar las operaciones militares rusas en Chechenia a condición de que Putin no se entrometiera en las intervenciones e injerencias estadounidenses en el Medio Oriente.
Esta explicación no da la debida importancia a los hechos del 11 de septiembre de 2001 y al contrario los trata como si fueran una abstracción. Otro tanto sucede con los elementos provenientes del Kremlin con respecto a los mismos sucesos. Podemos añadir que las administraciones republicanas han dado siempre una mayor importancia al Medio Oriente, mientras que la tradición política demócrata en política exterior se centraliza más en Eurasia.
Para elaborar su estrategia frente a la entonces URSS, y más tarde para los Estados del Este, recientemente emancipados de la influencia soviética, el campo demócrata se ha apoyado -desde que Jimmy Carter asumió el poder-, en un hombre brillante, pero sin escrúpulos, y también un acérrimo antirruso: Zbigniew Brzezinski.
La doctrina de este conocido profesor ha logrado adeptos fuera del Partido Demócrata, por el simple hecho de haber definido el imperativo absoluto de la supervivencia y la prosperidad del Imperio: la conquista de Eurasia.
Este catedrático nació en Varsovia en 1928, hijo de un diplomático polaco. Brzezinski emigra a Canadá a la edad de diez años cuando su padre fue destacado en ese país. Obtiene una licenciatura y una maestría en la Universidad Mc Gill de Montreal, y, posteriormente, un doctorado en Harvard en 1953, convirtiéndose en ciudadano estadounidense poco después. Contrae matrimonio con la hija del ex presidente checoslovaco Eduardo Benes.
Entre 1966 y 1968 se desempeña como miembro del Consejo de Planificación Política del Departamento de Estado de los EE.UU, donde desarrolla la estrategia de «implicación pacífica» frente y hacia la Unión Soviética, todo esto dentro del marco de la Guerra Fría. En octubre de 1966 convence al presidente estadounidense Johnson de modificar las prioridades estratégicas de modo que el «deshielo» sea colocado antes de la reunificación alemana.
Durante la campaña presidencial de 1968, Brzezinski preside el grupo de trabajo encargado de la política exterior del candidato demócrata Hubert H. Humphrey, que perdería finalmente ante Richard Nixon.
El inspirador de la creación de la Comisión Trilateral
A principios de los años setenta, Brzezinski se distingue como analista cuando anuncia proféticamente la llegada de actores mayores al escenario del poder mundial. Se trata de Europa y Japón, cuyas economías se han levantado rápidamente después de la Segunda Guerra Mundial.
En un artículo suyo publicado en la revista Foreign Affaire, en 1970, expone su visión de este «nuevo orden mundial»: «Se hace necesaria una visión nueva y más audaz -la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad. Además de los Estados Unidos de América y Europa Occidental, debe incluirse a Japón (...)
«Un consejo formado por miembros de Estados Unidos, Europa Oriental y Japón que fomentara encuentros regulares entre los jefes de gobierno, pero también entre personalidades menos importantes, sería un buen comienzo.» El mismo año, Brzezinski lanza nuevas ideas en su nuevo libro titulado: Between two Ages [1], donde explica que ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos.
La revolución de las técnicas de producción, el cambio de la industria pesada a la electrónica, debía provocar un trastorno de sistemas políticos y una nueva generación de élites en el poder. David Rockefeller, entusiasmado con estos conceptos, lo contrata entonces para crear la Comisión Trilateral y lo nombra director. Esta fue establecida oficialmente en 1973, y reúne a importantes figuras del comercio mundial, de los medios bancarios internacionales, gobernantes y los grandes medios de comunicación europeos, japoneses y norteamericanos.
Cuando ocurrió el primera crisis petrolera, la principal preocupación de estos maestros de las finanzas mundiales fue la de quitarse de encima la responsabilidad de la deuda exterior de los países en vías de desarrollo, dando mayores obligaciones y fortaleciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI). También se trataba para los Estados Unidos, debilitados en aquella época por su fracaso militar en Vietnam, de apoyarse en cada extremo geográfico del continente euroasiático, donde tenían gran influencia después la Segunda Guerra Mundial, con la finalidad de mantener y extender su hegemonía.
Esta misión, vista desde afuera, otorga sin dudas a Brzezinski una imagen de defensor de la paz, portavoz de la disminución de la tensión mundial (Guerra Fría) y de las relaciones multilaterales, e incluso -ante los ojos de la extrema derecha-, una apariencia de globalista inspirado en el marxismo.
Para llevar a cabo los grandes planes de la Comisión Trilateral, lo mejor era que uno de sus miembros llegara a ser presidente de los Estados Unidos.
El presidente Carter y el doble juego
Desde la creación de la Comisión Trilateral, el pastor Jimmy Carter era uno de los que con seguridad formaban parte del equipo Rockefeller-Brzezinski. Había abierto las primeras oficinas comerciales para el estado de Georgia en Bruselas y en Tokio, cosa que hacía de él la imagen modelo o el concepto fundador de la Comisión [2].
Para su nominación como candidato a las elecciones y la elección presidencial de 1976, Rockfeller puso en funcionamiento sus relaciones en Wall Street y a trabajar a Brzezinski, cuya influencia académica al servicio del candidato demócrata Jimmy Carter fue de gran provecho para que ganara las elecciones. Naturalmente, cuando Carter fue elegido, Brzezinski ocupó el puesto privilegiado de consejero de seguridad nacional [3].
Una vez en su silla, Carter definió como prioridad la reducción del arsenal militar nuclear de los dos bloques (EE.UU-URSS). Sin embargo, la crisis de los mísiles SS-20 soviéticos apuntados hacia Europa hizo que Carter reaccionara con el despliegue de los mísiles Pershing, lo que arruinó sus esfuerzos, sinceros o no, y puso a ambos bloques en una situación de desconfianza recíproca.
Se puede constatar que en aquella época el campo soviético tenía buenas razones para sospechar que su adversario realizaba un doble juego: la derrota militar de los EE.UU en Vietnam les obliga a mantener cierta modestia en el plano militar y estratégico, mientras que Brzezinski preparaba su plan de guerra por mandato, para preparar una trampa y obligar a la Unión Soviética a entrar en un conflicto periférico.
La desestabilización del régimen comunista afgano y el financiamiento y entrega de armas a las primeras milicias jihadistas anticomunistas en 1979 provocaron, como previsto, la entrada del Ejército Rojo en Afganistán. Para ello Brzezinski se apoya en los efectivos servicios de espionaje e inteligencia paquistaníes, el temido ISI.
Cuando la revista francesa Le Nouvel Observateur le realizó una entrevista en 1998, Brzezinski reconoció que el equipamiento de las tropas antisoviéticas de Bin Laden era anterior a la invasión rusa y destinado a provocar su reacción:
Le Nouvel Observateur : El ex director de la CIA, Robert Gates, lo afirma en sus Memorias: los servicios secretos norteamericanos comenzaron a ayudar a los mujaidines afganos seis meses antes de la intervención soviética. En esa época usted era el consejero del presidente Carter y su papel fue clave en este asunto. ¿Lo confirma?
Zbigniew Brzezinski : Sí. Según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los mujaidines se inició en el año 1980, es decir, luego que el ejército soviético invadiera a Afganistán el 24 de diciembre de 1979. Pero la realidad, mantenida en secreto hasta hoy, es muy distinta: fue el 3 de julio de 1979 que el presidente Carter firmó la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen pro soviético de Kabul. Aquel día le escribí una nota al presidente en la que le explicaba que en mi opinión aquella ayuda provocaría la intervención de los soviéticos. (...) No empujamos a los rusos a intervenir, pero conscientemente aumentamos las probabilidades de que lo hicieran.
N.O.: Cuando los soviéticos justificaron su intervención afirmando que luchaban contra una injerencia secreta de los Estados Unidos nadie les creyó, sin embargo había un fondo de verdad. ¿No lamenta nada hoy?
Z. Brz.: ¿Lamentar qué? Esa operación secreta era una excelente idea. Tuvo como efecto atraer a los rusos hacia la trampa afgana, ¿y usted quiere que lo lamente? El día en que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera afgana escribí al presidente Carter en esencia: «Esta es nuestra oportunidad de darle a la URSS su Vietnam» (...).
N.O.: ¿Tampoco lamenta usted el haber favorecido el integrismo islámico, haber entregado armas y asesoría a futuros terroristas?
Z Brz.: ¿Qué es lo más importante ante la mirada de la historia mundial, los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos islamistas excitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?» [4]
(Nota de la redacción de la Red Voltaire: el conflicto en Afganistán desde sus inicios en 1979 ha causado miles de miles de muertos, para algunos observadores un millón de muertos y desplazado gran parte de la población civil del país, en la lamentable condición de refugiado, pero para el Sr. Brzezinski los fines justifican los medios).
Al hablar de «algunos islamistas excitados» en esta entrevista, Brzezinski no subestima el poderío de Al Qaeda, pero caracteriza la realidad de lo que los neoconservadores han erigido en mito a fin de justificar su cruzada mundial. Claro que un miembro del Council on Foreign Relations se cuidaría muy bien hoy de ser tan categórico.
Alianza objetiva con China y apoyo incondicional al Shah de Irán
Si bien Nixon y Kissinger habían jugado decididamente con el miedo al cerco de la Unión Soviética, iniciando un proceso de normalización de las relaciones con China, una parte de los más allegados a Carter desconfiaba de este acercamiento que pretendía Brzezinski.
Al llegar a la Casa Blanca, Carter había afirmado que optaría por el diálogo con la URSS y guardaría distancia con respecto a la República Popular China, pero su secretario de Estado, Cyrus Vance se enfrentó rápidamente a la obsesión antirrusa de Brzezinski y durante todo su mandato Carter tuvo que esforzarse por conciliar los antagonismos de su administración.
Quien hacía las veces de mediador entre estos dos polos era Richard C. Holbrooke, futuro embajador de los Estados Unidos en la ONU y asesor de John Kerry para la política exterior durante su campaña, junto a Mark Brzezinski, hijo de Zbigniew. Según Cyrus Vance y otros partidarios del diálogo, como el renegado demócrata Averell Arriman, la lógica triangular de cerco sólo podía conducir, en el mejor de los casos, a un malentendido con la URSS, cuando no a la guerra.
Preconizaban el diálogo sobre el desarme y la cooperación con la Unión Soviética para neutralizar los conflictos del Tercer Mundo. La normalización de las relaciones con China siguió en marcha. Brzezinski llegó a ultimar un programa conjunto de cooperación estratégica y a mantener buenas relaciones personales con Deng Xiaoping, lo que le vale ser actualmente bien visto entre los chinos.
La misma desconfianza de Brzezinski hacia la URSS se encuentra en su actitud con respecto a Irán, que bajo el régimen del Shah era considerado un baluarte contra la influencia soviética en el Medio Oriente. Así, Brzezinski le aseguró su apoyo al Shah hasta el último momento, y pidió la intervención militar de los Estados Unidos para mantenerlo en el poder incluso cuando una parte de la administración Carter, a la cabeza de la cual se encontraba el secretario de Estado, quería su salida.
Sin embargo, las acciones concretas de Washington fueron dictadas por el punto de vista del Departamento de Estado, y, a pesar de las conversaciones con los generales que derrocaron al Shah para garantizar un régimen moderado al frente del país, fue Khomeini quien ocupó el poder en un ras de mar popular.
Participó con Carter en las negociaciones de Camp David 1 en 1977 y desempeñó un papel en la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto sin necesidad de tener que imponer su presencia en el momento culminante de los debates, contrariamente a lo que siempre hizo cuando se trataba de la URSS.
Vuelve la amenaza rusa frente a la hegemonía norteamericana
En 1989 Brzezinski abandona la Universidad de Columbia, donde enseñaba desde 1960, para dedicarse a la elaboración del plan de estatus independiente de Ucrania, lo que marca el inicio de su compromiso con vistas a prevenir el resurgimiento de Rusia como superpotencia. Por el contrario defiende la integración de Rusia al sistema de Occidente y el «pluripartidismo geopolítico» en el espacio de la ex Unión Soviética.
Por otra parte, desarrolla «un plan para Europa» que pasaría por la extensión de la OTAN a las repúblicas bálticas. Sus esfuerzos darán frutos varios años más tarde, especialmente con la integración de las tres repúblicas bálticas a la OTAN en 2002. Durante los años 90 es igualmente el emisario especial del presidente de los Estados Unidos para la promoción del mayor proyecto de infraestructura petrolera del mundo, el oleoducto Bakú-Tbilissi-Ceyhan.
Dicho proyecto representa para él la mejor concretización de sus ambiciones tendentes a impedir el renacimiento de Rusia. Paralelamente preside desde 1999 el Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia (American Committee for Peace in Chechnya), instalado en los locales de Freedom House, cargo desde el que pretende intervenir en las negociaciones de paz entre el gobierno ruso y los independentistas dirigidos por Mashkadov.
Sin embargo, estas actividades, cuidadosamente revestidas de buenas intenciones «a lo demócrata» tienen cada vez más dificultades para disimular la realidad subyacente: la de un apoyo encubierto a los independentistas para mantener una guerra periférica, como en Afganistán, a fin de debilitar a Rusia y mantenerla alejada de las ganancias generadas por los recursos del Mar Caspio.
La materialización de la doctrina Brzezinski en el sentido de que «Una potencia que domine Eurasia controlaría dos de las regiones más avanzadas y económicamente productivas del mundo» pasa por la extensión de la OTAN hacia el Este, en lo que trabajó activamente la administración Clinton. ¿Pero cómo venderles esta necesidad de la OTAN a los europeos? «La entidad europea, situada en el borde occidental de Eurasia, y en la proximidad más inmediata de África, está más expuesta a los riesgos inherentes al desorden global creciente que una América políticamente más unida, militarmente más poderosa y geográficamente más aislada (...).
Los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa», explicaba Brzezinski en la revista National Interest en 2000 [5]. Esto tiene el mérito de la claridad: el despliegue de las fuerzas de la OTAN alrededor de Rusia era una medida preventiva. Si Rusia reacciona poniéndose a la defensiva, ello constituiría la prueba de que aspira a restaurar su imperio y a una vuelta al totalitarismo.
Trabajando al mismo tiempo como consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski está encargado en Azerbaiyán de redorar la imagen del dirigente Heidar Alyiev. Para ello no vaciló en calificar al dictador como un «tipo simpático» en una entrevista al New York Times [6]. Como justificación al apoyo anglosajón a la dictadura de Aliyev, Brzezinski argumenta que tras siete décadas de gobierno comunista no puede esperarse que Azerbaiyán y las demás repúblicas de la antigua Unión Soviética adopten la democracia en un lapso tan corto.
Si bien la represión política bajo el régimen de Aliyev tuvo una tendencia a acentuarse durante estos últimos años a medida que disminuían las expectativas sobre las riquezas del Caspio, Azerbaiyán no dejó por ello de pasar del estatus de país «no libre» al de «parcialmente libre» en la clasificación de Freedom House [7].
Al mismo tiempo, en 1999, la secretaria de Estado y discípula de Brzezinski, Madeleine Albright, invitaba a Heidar Aliyev a la celebración del aniversario de la OTAN. Siempre en la misma perspectiva de implantación de la OTAN para permitir a los intereses occidentales, sobre todo petroleros, implantarse en la región, Georgia, Azerbaiyán y Ucrania organizaron ejercicios militares conjuntos el 16 de abril de 1999 auspiciados por el programa «Asociación para la Paz», de la OTAN [8].
Además de sus actividades de consultante para BP-Amoco y Freedom House, Brzezinski apoya o presta su nombre a todo un sistema de fondos y de ONGs (organizaciones no gubernamentales) que apadrinan a las castas, a los intelectuales y a las élites de la antigua órbita soviética.
Por iniciativa del Comité Norteamericano para la Paz en Chechenia, del que Brzezinski es presidente, tuvo lugar una reunión entre los principales líderes del movimiento checheno entre los días 16 y 18 de agosto de 2002, en Lichtenstein, encuentro que se realizó dos meses después del realizado entre Bassaiev y Maskhadov, donde se estableció el acuerdo sobre la dirección común de las «Fuerzas Armadas de la República Chechena de Ichkeria».
Los participantes concluyeron que Chechenia no podía seguir incluida en Rusia, que era necesaria una amplia autonomía y que se imponían negociaciones con Maskhadov. La toma de rehenes de Beslán, reivindicada por Bassaiev, ¿forma parte del proceso de reivindicación de independencia de Chechenia o del proceso de desestabilización de Rusia? [9].
Podemos hacernos algunas preguntas a partir del hecho de que la principal consecuencia de esta acción fue el ascenso de las tensiones entre Osetia del Norte y la vecina Inguchia, es decir, una «balcanización» cada vez más importante de la región.
Hoy Zbigniew Brzezinski es sobre todo activo en el seno del CSIS, pero sigue siendo el cerebro del programa demócrata en política exterior, de lo que da fe la obsesión del candidato Kerry, y sobre todo de su compañero de candidatura John Edwards, en lo referente a Rusia.
Según los consejos de Mark Brzezinski, eligieron adoptar como primera prioridad la cuestión del desarme nuclear de Rusia, cuando esta ha recuperado su capacidad de producción de petróleo de antes del derrumbe de la URSS y cuando el Estado ruso se beneficia ampliamente del precio actual del crudo, lo que recientemente le ha permitido duplicar su presupuesto de defensa. La cuestión del peligro del vetusto arsenal nuclear ruso no es por lo tanto algo de actualidad, contrariamente a lo que pretende John Kerry.
Su objetivo es otro, más vinculado a la estrategia de subordinación de Rusia defendida desde hace varias décadas por Zbigniew Brzezinski, pero es más difícil de ahora en adelante convencer a la opinión mundial de que Rusia encarna el mal absoluto y de que si no es subordinada volverá al totalitarismo [10].
Para ello hay que provocar su reacción de igual forma que en Afganistán en 1979, pues contrariamente a los Estados Unidos, está a buen resguardo de problemas de suministro energético para las próximas décadas. Así, verificamos una deriva en el discurso de Brzezinski, que calificaba recientemente a Vladimir Putin de «Benito Mussolini ruso», en entrevistas concedidas al Wall Street Journal et au Novaya Gazetta.
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(Imperialismo),
(Zbigniew Brzezinski)
Obama es una marioneta de Zbigniew Brzezinski
Fuente( wordpress.com/2008/03/27).
Cualquier duda sobre la conexión de Obama, el candidato presidencial de Estados Unidos y la Comisión Trilateral de Rockefeller ha acabo esta mañana cuando Brzezinski apareció en un programa de televisión muy popular en Estados Unidos para hacer campaña por Obama, animado según decía por su hija, Mika Brzezinski, que respalda de forma entusiasta al candidato.
Se comenta que la buena relación entre ellos comenzó cuando Obama era estudiante de la Universidad de Columbia y Zbig dirigía el instituto anti-ruso.
En sus declaraciones durante la entrevista se refirió a la senadora Clinton como una ama de casa, sin experiencia en política exterior o con la experiencia de un agente de viajes.
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Zbig habló de Obama como de una persona pacífica que quería acabar con la guerra de Irak y pacificar el Oriente Medio, cuando sabemos que el mismo Zbig ha impulsado todos y cada uno de los conflictos internacionales, especialmente la guerra fría. Sin embargo, de unos años a esta parte, ha conseguido forzar una imagen de sí misma de pacifista (manda bemoles) convencido y con ello engañar a algunos ingenuos norteamericanos sobre sus preferencias en política.
Está claro que lo que pretenden es impulsar una nueva estrategia, mucho más peligrosa, si cabe en Oriente Medio y para ello necesitan a un candidato fiel que siga todos sus mandatos, como Obama.
Este tipo es quien está detrás de los conflictos secesionistas en Kosovo. Con la ayuda de su hijo Mark Brzezinski, otro agente detrás de la política exterior de Obama, Zbig está detrás de la crisis de los euro mísiles y las instalaciones en Polonia, es el hombre fuerte detrás de la política de la CIA de asesinatos de pakistaníes (a los que denomina “terroristas”), pero tal vez lo más peligroso de este tipo, y consiguientemente de su marioneta Obama, es que es el ideólogo de la desestabilización a gran escala de China que está produciéndose ahora mismo, comenzando con la insurrección, insuflada desde la CIA y el M16, del Tibet, que ha provocado una colisión entre los intereses de USA y China, superpoder con mil quinientos millones de habitantes y armas termonucleares capaces de volar por los aires todas las ciudades de Estados Unidos.
Es un secreto a voces que Zbig está intentando provocar una revolución o golpe de estado en China bajo la cobertura de los Juegos Olímpicos. Seguramente también está interesado en que estalle la crisis de Taiwán y, en general. Los peligros que representa la política favorita de de este lunático son incontables e enormemente más peligrosos que nada de lo que pueda venir de Oriente Medio.
El Senador Jay Rockefeller y el capo de la Trilateral y Bilderberger Joseph Nye tambien están realizando una activa campaña a favor de Obama. Nye es el teórico del “poder blando”, una nueva forma de imperialismo basada en guerra económica, subversión, engaño y golpes de estado populares. Quieren que Obama movilice todo el poder “blando” para darle un importante impulso al imperialismo de Estados Unidos.
El objetivo de Brzezinski es la confrontación con la Organización para La Cooperación en Shanghai, el centro mundial más importante de resistencia a la dominación de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Los activistas anti-guerra siguen obsesionados con Irán, pero Brzezinski no; su objetivo es China, veinte veces más grande que Irán, con los misiles balísticos intercontinentales preparados para ser lanzados, seguida por Rusia, el poder nuclear más importante sobre la Tierra. Estos activistas confusos deben enfocarse en frenar ala siguiente guerra: el enfrentamiento global final con Pakistán, China y Rusia. Esto significa que deben rechazar al candidato marioneta de Brzezinski, que es Obama
Cualquier duda sobre la conexión de Obama, el candidato presidencial de Estados Unidos y la Comisión Trilateral de Rockefeller ha acabo esta mañana cuando Brzezinski apareció en un programa de televisión muy popular en Estados Unidos para hacer campaña por Obama, animado según decía por su hija, Mika Brzezinski, que respalda de forma entusiasta al candidato.
Se comenta que la buena relación entre ellos comenzó cuando Obama era estudiante de la Universidad de Columbia y Zbig dirigía el instituto anti-ruso.
En sus declaraciones durante la entrevista se refirió a la senadora Clinton como una ama de casa, sin experiencia en política exterior o con la experiencia de un agente de viajes.
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Zbig habló de Obama como de una persona pacífica que quería acabar con la guerra de Irak y pacificar el Oriente Medio, cuando sabemos que el mismo Zbig ha impulsado todos y cada uno de los conflictos internacionales, especialmente la guerra fría. Sin embargo, de unos años a esta parte, ha conseguido forzar una imagen de sí misma de pacifista (manda bemoles) convencido y con ello engañar a algunos ingenuos norteamericanos sobre sus preferencias en política.
Está claro que lo que pretenden es impulsar una nueva estrategia, mucho más peligrosa, si cabe en Oriente Medio y para ello necesitan a un candidato fiel que siga todos sus mandatos, como Obama.
Este tipo es quien está detrás de los conflictos secesionistas en Kosovo. Con la ayuda de su hijo Mark Brzezinski, otro agente detrás de la política exterior de Obama, Zbig está detrás de la crisis de los euro mísiles y las instalaciones en Polonia, es el hombre fuerte detrás de la política de la CIA de asesinatos de pakistaníes (a los que denomina “terroristas”), pero tal vez lo más peligroso de este tipo, y consiguientemente de su marioneta Obama, es que es el ideólogo de la desestabilización a gran escala de China que está produciéndose ahora mismo, comenzando con la insurrección, insuflada desde la CIA y el M16, del Tibet, que ha provocado una colisión entre los intereses de USA y China, superpoder con mil quinientos millones de habitantes y armas termonucleares capaces de volar por los aires todas las ciudades de Estados Unidos.
Es un secreto a voces que Zbig está intentando provocar una revolución o golpe de estado en China bajo la cobertura de los Juegos Olímpicos. Seguramente también está interesado en que estalle la crisis de Taiwán y, en general. Los peligros que representa la política favorita de de este lunático son incontables e enormemente más peligrosos que nada de lo que pueda venir de Oriente Medio.
El Senador Jay Rockefeller y el capo de la Trilateral y Bilderberger Joseph Nye tambien están realizando una activa campaña a favor de Obama. Nye es el teórico del “poder blando”, una nueva forma de imperialismo basada en guerra económica, subversión, engaño y golpes de estado populares. Quieren que Obama movilice todo el poder “blando” para darle un importante impulso al imperialismo de Estados Unidos.
El objetivo de Brzezinski es la confrontación con la Organización para La Cooperación en Shanghai, el centro mundial más importante de resistencia a la dominación de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Los activistas anti-guerra siguen obsesionados con Irán, pero Brzezinski no; su objetivo es China, veinte veces más grande que Irán, con los misiles balísticos intercontinentales preparados para ser lanzados, seguida por Rusia, el poder nuclear más importante sobre la Tierra. Estos activistas confusos deben enfocarse en frenar ala siguiente guerra: el enfrentamiento global final con Pakistán, China y Rusia. Esto significa que deben rechazar al candidato marioneta de Brzezinski, que es Obama
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(Zbigniew Brzezinski)
"Tiene que haber un esfuerzo mundial para frenar a Moscú"
ZBIGNIEW BRZEZINSKI, EX ASESOR DE JIMMY CARTER "Tiene que haber un esfuerzo mundial para frenar a Moscú"
Por: Global Viewpoint
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN
Qué debe pensar el mundo sobre la invasión a Georgia por parte de Rusia? Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del ex presidente norteamericano Jimmy Carter, responde: "Lo que está en juego fundamentalmente es qué tipo de papel va a jugar Rusia en el nuevo sistema internacional. Lamentablemente, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, está colocando a Rusia en un camino que es fatalmente similar al de Stalin y al de Hitler hacia fines de los años 30. El punto que enfrenta hoy la comunidad internacional es cómo responder a una Rusia que se embarca en el uso flagrante de la fuerza con diseños imperiales en mente más grandes: reintegrar el antiguo espacio soviético y ubicarlo bajo el control del Kremlin y cortar el acceso de Occidente al Mar Caspio y al Asia Central asumiendo el control del oleoducto Baku/Ceyhan, que atraviesa Georgia.
--¿Qué es lo que puede hacer Occidente para frenar esta conducta rusa?
--No sólo Occidente sino el resto de la comunidad internacional deben dejar en claro que este tipo de conducta resultará en el ostracismo y en una condena financiera y económica. A la larga, si Rusia continúa en este camino enfrentará el aislamiento dentro de la comunidad internacional. Estados Unidos en especial es quien soporta sobre sus espaldas la gran carga de movilizar una respuesta internacional colectiva. Esta invasión a Georgia por parte de Rusia es un comentario muy triste sobre los ocho años de autoengaño dentro de la Casa Blanca respecto de Putin y su régimen.
--John McCain ya sugirió que habría que expulsar a Rusia del G-8. ¿Es esto algo que usted contemplaría?
--Tiene que ser mucho más que eso. Tiene que ser un esfuerzo concertado en todos los niveles -en Naciones Unidas, en el Consejo Atlántico, en la UE o la OTAN- para transmitirle a Rusia que, al margen de las quejas que pueda tener, no puede resolverlas a través de una política deliberada de desmembramiento de un Estado vecino e intento de dominio político.
--¿Está obligado Occidente a ayudar a Georgia a resistir el ataque ruso?
--La cuestión no se reduce a qué obligación pueda tener Occidente en este momento. Tiene que ver con nuestro interés de más largo plazo. Si una Rusia que juzga mal su poderío y capacidad se embarca hoy en un rumbo nacionalista e imperialista, todos vamos a sufrir. Por ende, es sumamente importante que Rusia sea frenada hoy a través de un esfuerzo global y concertado que se oponga y condene la invasión rusa. A la larga, esto podría desembocar en sanciones económicas, si bien todos esperamos que otros líderes rusos, incluida su elite empresaria, tengan una cabeza más fria y tomen mayor conciencia de las propias vulnerabilidades rusas. Rusia no está lista para soportar una nueva Guerra Fría
P de H: Para saber que pasa realmente en el mundo, y tener indicios de la política del eje israelí-anglonorteamericano es necesario saber que dicen Brzezinski, Kissinger, Rockefeller, Soros, Fukuyama, Huntington, etc. He ahí la llave del poder mundial...
Por: Global Viewpoint
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN
Qué debe pensar el mundo sobre la invasión a Georgia por parte de Rusia? Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del ex presidente norteamericano Jimmy Carter, responde: "Lo que está en juego fundamentalmente es qué tipo de papel va a jugar Rusia en el nuevo sistema internacional. Lamentablemente, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, está colocando a Rusia en un camino que es fatalmente similar al de Stalin y al de Hitler hacia fines de los años 30. El punto que enfrenta hoy la comunidad internacional es cómo responder a una Rusia que se embarca en el uso flagrante de la fuerza con diseños imperiales en mente más grandes: reintegrar el antiguo espacio soviético y ubicarlo bajo el control del Kremlin y cortar el acceso de Occidente al Mar Caspio y al Asia Central asumiendo el control del oleoducto Baku/Ceyhan, que atraviesa Georgia.
--¿Qué es lo que puede hacer Occidente para frenar esta conducta rusa?
--No sólo Occidente sino el resto de la comunidad internacional deben dejar en claro que este tipo de conducta resultará en el ostracismo y en una condena financiera y económica. A la larga, si Rusia continúa en este camino enfrentará el aislamiento dentro de la comunidad internacional. Estados Unidos en especial es quien soporta sobre sus espaldas la gran carga de movilizar una respuesta internacional colectiva. Esta invasión a Georgia por parte de Rusia es un comentario muy triste sobre los ocho años de autoengaño dentro de la Casa Blanca respecto de Putin y su régimen.
--John McCain ya sugirió que habría que expulsar a Rusia del G-8. ¿Es esto algo que usted contemplaría?
--Tiene que ser mucho más que eso. Tiene que ser un esfuerzo concertado en todos los niveles -en Naciones Unidas, en el Consejo Atlántico, en la UE o la OTAN- para transmitirle a Rusia que, al margen de las quejas que pueda tener, no puede resolverlas a través de una política deliberada de desmembramiento de un Estado vecino e intento de dominio político.
--¿Está obligado Occidente a ayudar a Georgia a resistir el ataque ruso?
--La cuestión no se reduce a qué obligación pueda tener Occidente en este momento. Tiene que ver con nuestro interés de más largo plazo. Si una Rusia que juzga mal su poderío y capacidad se embarca hoy en un rumbo nacionalista e imperialista, todos vamos a sufrir. Por ende, es sumamente importante que Rusia sea frenada hoy a través de un esfuerzo global y concertado que se oponga y condene la invasión rusa. A la larga, esto podría desembocar en sanciones económicas, si bien todos esperamos que otros líderes rusos, incluida su elite empresaria, tengan una cabeza más fria y tomen mayor conciencia de las propias vulnerabilidades rusas. Rusia no está lista para soportar una nueva Guerra Fría
P de H: Para saber que pasa realmente en el mundo, y tener indicios de la política del eje israelí-anglonorteamericano es necesario saber que dicen Brzezinski, Kissinger, Rockefeller, Soros, Fukuyama, Huntington, etc. He ahí la llave del poder mundial...
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(Zbigniew Brzezinski)
Soros y la tercera guerra mundial de Londres.
(Fuente: Resumen electrónico de EIR, Vol.XXV, núm. 7)
Soros y la tercera guerra mundial de Londres.
El 9 de agosto Lyndon LaRouche acusó al agente británico George Soros de participar en los intentos en marcha por desatar la tercera guerra mundial en el Cáucaso, dirigidos desde Londres. Soros es el padrino político y financiero del presidente georgiano Mijaíl Saakashvili, así como del dizque candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, el senador Barack Obama. La tarde del 7 de agosto, cuando el presidente Saakashvili concluía un discurso por televisión nacional, en el que afirmaba procurar una solución diplomática a la crisis de Osetia del Sur, de hecho ordenó a las tropas georgianas disparar contra fuerzas de paz rusas que estaban en esa región autónoma por órdenes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como parte de un destacamento apostado ahí desde 1984. Los actos de Saakashvili amenazan ahora con desatar la tercera guerra mundial, que es precisamente como los británicos pretenden responder al derrumbe de su sistema financiero internacional posterior a Bretton Woods.
“Si quieres un anticipo de cómo sería Estados Unidos con Obama de presidente, sólo ve las acciones recientes de Georgia. El presidente georgiano Saakashvili, al igual que Barack Obama, es propiedad del mismo padrino británico: George Soros”, dijo LaRouche. “¿El hombre de Soros, Obama, sería otro Dick Cheney de llegar al poder?
El propio Instituto de la Sociedad Abierta de Soros se jacta de haber sido la piedra angular de la llamada “Revolución Rosa” que llevó a Saakashvili al poder en 2003–2004. Hasta enero de 2004, el Instituto de la Sociedad Abierta de Soros, el cual se instaló en Tiflis, la capital de Georgia, en 1994, empezó a financiar directamente al Gobierno georgiano como parte de un plan conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entonces a cargo de Mark Malloch Brown, el ahora secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad británica. Malloch Brown también era tan íntimo de Soros durante su desempeño en la ONU, que vivía en un apartamento que el megaespeculador le alquilaba.
Las provocaciones temerarias de Saakashvili, de dispararle a tropas rusas y matar a civiles osetos, que en su mayoría son ciudadanos rusos, acarreó una fuerte respuesta militar de Rusia, la cual está obligada, de conformidad con su Constitución, a defender a los ciudadanos rusos bajo ataque. Los británicos han estado detrás de la desestabilización del Cáucaso desde la caída de la Unión Soviética, financiando y armando a los rebeldes chechenos, permitiendo el reclutamiento a los movimientos separatistas chechenos en mezquitas de Inglaterra, y brindándole refugio a personajes de la mafiya rusa como Boris Berezovsky, quien financió operaciones separatistas y terroristas antirrusas en el Cáucaso.
“Ahora vean el vasto flujo de efectivo de Soros para Obama”, concluyó LaRouche. “Soros es un agente británico, a las órdenes de los servicios de inteligencia exterior y de operaciones especiales británicos; lo usan. El origen de sus fondos, después del financiamiento inicial que recibió de la rama suiza de los intereses bancarios de los Rothschild, es turbio, en el mejor de los casos. Soros forma parte del aparato de la nueva guerra del Opio de Gran Bretaña, y prácticamente es dueño del senador Obama. Y ahora fomenta provocaciones de guerra mundial contra Moscú, precisamente en momentos en que insto a Rusia, China e India a unirse a Estados Unidos en la creación de un nuevo sistema financiero internacional que barrería con los especuladores como Soros por completo”.
Como dijo en la introducción al folleto reciente de su Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (LPAC), “George Soros es tu enemigo”. ¿Permitirás que este instrumento británico haga detonar la tercera guerra mundial?
Soros y la tercera guerra mundial de Londres.
El 9 de agosto Lyndon LaRouche acusó al agente británico George Soros de participar en los intentos en marcha por desatar la tercera guerra mundial en el Cáucaso, dirigidos desde Londres. Soros es el padrino político y financiero del presidente georgiano Mijaíl Saakashvili, así como del dizque candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, el senador Barack Obama. La tarde del 7 de agosto, cuando el presidente Saakashvili concluía un discurso por televisión nacional, en el que afirmaba procurar una solución diplomática a la crisis de Osetia del Sur, de hecho ordenó a las tropas georgianas disparar contra fuerzas de paz rusas que estaban en esa región autónoma por órdenes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como parte de un destacamento apostado ahí desde 1984. Los actos de Saakashvili amenazan ahora con desatar la tercera guerra mundial, que es precisamente como los británicos pretenden responder al derrumbe de su sistema financiero internacional posterior a Bretton Woods.
“Si quieres un anticipo de cómo sería Estados Unidos con Obama de presidente, sólo ve las acciones recientes de Georgia. El presidente georgiano Saakashvili, al igual que Barack Obama, es propiedad del mismo padrino británico: George Soros”, dijo LaRouche. “¿El hombre de Soros, Obama, sería otro Dick Cheney de llegar al poder?
El propio Instituto de la Sociedad Abierta de Soros se jacta de haber sido la piedra angular de la llamada “Revolución Rosa” que llevó a Saakashvili al poder en 2003–2004. Hasta enero de 2004, el Instituto de la Sociedad Abierta de Soros, el cual se instaló en Tiflis, la capital de Georgia, en 1994, empezó a financiar directamente al Gobierno georgiano como parte de un plan conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entonces a cargo de Mark Malloch Brown, el ahora secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad británica. Malloch Brown también era tan íntimo de Soros durante su desempeño en la ONU, que vivía en un apartamento que el megaespeculador le alquilaba.
Las provocaciones temerarias de Saakashvili, de dispararle a tropas rusas y matar a civiles osetos, que en su mayoría son ciudadanos rusos, acarreó una fuerte respuesta militar de Rusia, la cual está obligada, de conformidad con su Constitución, a defender a los ciudadanos rusos bajo ataque. Los británicos han estado detrás de la desestabilización del Cáucaso desde la caída de la Unión Soviética, financiando y armando a los rebeldes chechenos, permitiendo el reclutamiento a los movimientos separatistas chechenos en mezquitas de Inglaterra, y brindándole refugio a personajes de la mafiya rusa como Boris Berezovsky, quien financió operaciones separatistas y terroristas antirrusas en el Cáucaso.
“Ahora vean el vasto flujo de efectivo de Soros para Obama”, concluyó LaRouche. “Soros es un agente británico, a las órdenes de los servicios de inteligencia exterior y de operaciones especiales británicos; lo usan. El origen de sus fondos, después del financiamiento inicial que recibió de la rama suiza de los intereses bancarios de los Rothschild, es turbio, en el mejor de los casos. Soros forma parte del aparato de la nueva guerra del Opio de Gran Bretaña, y prácticamente es dueño del senador Obama. Y ahora fomenta provocaciones de guerra mundial contra Moscú, precisamente en momentos en que insto a Rusia, China e India a unirse a Estados Unidos en la creación de un nuevo sistema financiero internacional que barrería con los especuladores como Soros por completo”.
Como dijo en la introducción al folleto reciente de su Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (LPAC), “George Soros es tu enemigo”. ¿Permitirás que este instrumento británico haga detonar la tercera guerra mundial?
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Argentina prepara otro reclamo por Malvinas y la Antártida.
(Clarín, 1 de septiembre del 2008).
Argentina prepara otro reclamo por Malvinas y la Antártida
Planteará la extensión de derechos de soberanía sobre el lecho marítimo en el continente antártico. Y objetará cualquier presentación británica que involucre a las islas. Es porque Londres ya anticipó que analiza hacer, también, un reclamo.
La Cancillería argentina se apresta a dejar sentada en la ONU la extensión de sus derechos sobre el lecho marítimo del territorio antártico argentino. Y ya advirtió que "objetará" cualquier presentación británica que involucre en ese tema a las islas Malvinas. Mayo de 2009 es la fecha límite que puso la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) para que todos los paises que cuentan con costas marítimas presenten reclamos de extensión de las actuales 200 hasta las 350 millas, aproximadamente.
En el Gobierno aseguran tener la casi totalidad del trabajo técnico de procesamiento e interpretación de datos para presentar "en tiempo y forma" en la ONU sus informes sobre la plataforma continental argentina ante la Comisión de Límites (CLPC), que depende de la Convemar. Ayer, hablaban de principios de 2009 "a más tardar". Es en respuesta a las críticas que, desde la oposición, señalan fallas y lentitud en los trabajos de las comisiones de Cancillería (ver Críticas...)
La Argentina y el Reino Unido tienen reclamos superpuestos sobre territorio de la Antártida. Por eso, voceros de Relaciones Exteriores le dijeron a Clarín que el Gobierno "objetará" cualquier presentación británica que involucre a las Malvinas. Y revelaron, además, que la presentación nacional ante la ONU para extender la plataforma continental incluirá "obviamente" al Sector Antártico Argentino, además de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur "por ser parte del territorio nacional".
El reclamo de derechos sobre los lechos marinos es un tema muy sensible a nivel internacional, sobre todo en los casos donde hay disputas de soberanía. Es el caso de Argentina con Gran Bretaña en Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. También con los británicos, además de con los chilenos para el caso antártico, porque se superponen territorios reclamados.
Con su planteo ante Convemar, las naciones del mundo también podrán pedir los recursos disponibles en las aguas, como petróleo y gas, hasta los 350 millas de sus costas. Lo que no se entiende del reclamo que hará Argentina sobre el territorio antártico, como el que podría hacer Gran Bretaña, es que todo ello es considerado violatorio del espíritu del Tratado Antártico, que por décadas ha buscado congelar los reclamos internacionales de soberanía sobre el Continente Blanco.
A diferencia de la estrategia que ahora plantea el Gobierno, en mayo, Londres comunicó a la ONU que por ahora no reclamará derechos de soberanía sobre el lecho marino que rodea al llamado Territorio Británico Antártico, pero se reservó el derecho a hacerlo en el futuro. Y comunicó que aún evaluaba cómo proceder respecto de Malvinas y Georgias del Sur, que se presupone reclamará.
El miércoles, Londres presentó su pedido de extensión de derecho territorial alrededor de la isla Ascensión, que forma parte del territorio de ultramar de Santa Elena, frente a las costas africanas.
La señal no pasó inadvertida por el Gobierno argentino, que rápidamente salió a advertir que defenderá "plenamente nuestra soberanía en el mar y nuestros recursos de plataforma".
Argentina prepara otro reclamo por Malvinas y la Antártida
Planteará la extensión de derechos de soberanía sobre el lecho marítimo en el continente antártico. Y objetará cualquier presentación británica que involucre a las islas. Es porque Londres ya anticipó que analiza hacer, también, un reclamo.
La Cancillería argentina se apresta a dejar sentada en la ONU la extensión de sus derechos sobre el lecho marítimo del territorio antártico argentino. Y ya advirtió que "objetará" cualquier presentación británica que involucre en ese tema a las islas Malvinas. Mayo de 2009 es la fecha límite que puso la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) para que todos los paises que cuentan con costas marítimas presenten reclamos de extensión de las actuales 200 hasta las 350 millas, aproximadamente.
En el Gobierno aseguran tener la casi totalidad del trabajo técnico de procesamiento e interpretación de datos para presentar "en tiempo y forma" en la ONU sus informes sobre la plataforma continental argentina ante la Comisión de Límites (CLPC), que depende de la Convemar. Ayer, hablaban de principios de 2009 "a más tardar". Es en respuesta a las críticas que, desde la oposición, señalan fallas y lentitud en los trabajos de las comisiones de Cancillería (ver Críticas...)
La Argentina y el Reino Unido tienen reclamos superpuestos sobre territorio de la Antártida. Por eso, voceros de Relaciones Exteriores le dijeron a Clarín que el Gobierno "objetará" cualquier presentación británica que involucre a las Malvinas. Y revelaron, además, que la presentación nacional ante la ONU para extender la plataforma continental incluirá "obviamente" al Sector Antártico Argentino, además de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur "por ser parte del territorio nacional".
El reclamo de derechos sobre los lechos marinos es un tema muy sensible a nivel internacional, sobre todo en los casos donde hay disputas de soberanía. Es el caso de Argentina con Gran Bretaña en Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. También con los británicos, además de con los chilenos para el caso antártico, porque se superponen territorios reclamados.
Con su planteo ante Convemar, las naciones del mundo también podrán pedir los recursos disponibles en las aguas, como petróleo y gas, hasta los 350 millas de sus costas. Lo que no se entiende del reclamo que hará Argentina sobre el territorio antártico, como el que podría hacer Gran Bretaña, es que todo ello es considerado violatorio del espíritu del Tratado Antártico, que por décadas ha buscado congelar los reclamos internacionales de soberanía sobre el Continente Blanco.
A diferencia de la estrategia que ahora plantea el Gobierno, en mayo, Londres comunicó a la ONU que por ahora no reclamará derechos de soberanía sobre el lecho marino que rodea al llamado Territorio Británico Antártico, pero se reservó el derecho a hacerlo en el futuro. Y comunicó que aún evaluaba cómo proceder respecto de Malvinas y Georgias del Sur, que se presupone reclamará.
El miércoles, Londres presentó su pedido de extensión de derecho territorial alrededor de la isla Ascensión, que forma parte del territorio de ultramar de Santa Elena, frente a las costas africanas.
La señal no pasó inadvertida por el Gobierno argentino, que rápidamente salió a advertir que defenderá "plenamente nuestra soberanía en el mar y nuestros recursos de plataforma".
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(Malvinas)
Ni izquierda ni derecha: pensamiento popular
Ni izquierda ni derecha: pensamiento popular
POR ALBERTO BUELA (*)
El lúcido pensador italiano Marcello Veneziani comienza un bello artículo sobre el antiglobalismo con la siguiente observación: "Si te fijas en ellos, los anti-G8 son la izquierda en movimiento: anarquistas, marxistas, radicales,católicos rebeldes o progresistas, pacifistas, verdes, revolucionarios. Centros sociales, monos blancos, banderas rojas. Con el complemento iconográfico de Marcos y del Ché Guevara. Luego te das cuenta de que ninguno de ellos pone en discusión el Dogma Global, la interdependencia de los pueblos y de las culturas, el melting pot y la sociedad multirracial, el fin de las patrias. Son internacionalistas,humanitarios, ecumenistas, globalistas. Es más: cuanto más extremistas y violentos son, más internacionalistas y antitradicionales resultan". (1)
Se da cuenta que la oposición desde la izquierda a la globalización es sólo una postura que se agota en una manifestación. Seattle, Génova, Nueva York, Porto Alegre, pero no pasa nada, "el mundo sigue andando" como decía Discepolín.Es que la política del "progresismo" como ha observado agudamente el filósofo, también italiano Massimo Cacciari, ordena los problemas pero no los resuelve. (2)
De esto mismo se percata el sociólogo marxista más significativo de Iberoamérica, HeinzDieterich Steffan (3) quien en un reciente artículo señala: "Si la tarea actual de todo individuo anticapitalista es, por lo tanto, absolutamente clara: ¿Por qué 'la izquierda' y sus intelectuales no la encaran? ¿Por qué repiten en foro tras foro la misma letanía sobre la maldad del neoliberalismo y se contentan con sus ritualizadas propuestas terapeúticas inspiradas en Keynes,Tobin y Stiglitz? ¿Por qué no convierten la realidad capitalista en objeto de transformación antisistémica, en lugar de mantenerla como muro de lamentaciones?" (2)
El fracaso rotundo de la izquierda, hoy rebautizada "progresismo", es que, además de no haber elaborado, deglutido sería el término exacto, la derrota del "socialismo real" con la implosión soviética y la caída del Muro, no reelaboró sus categorías de lectura, y se quedó anclado al mundo categorial de Marx, Engels, Lenín, Rosa Luxemburgo y eventualmente Trotsky,haciendo arqueología política.
Lo más significativo del siglo XX, la escuela neomarxista de Frankfurt, luego de los esfuerzos de Adorno, Apel, Cohen y Marcuse, termina con el publicitado Habermas y su teoría del consenso (sin percatarse que el consenso siempre ha sido de los poderosos entre sí) y sus discípulos aventajados James Bohman y Leo Avritzer con su teoría de la democracia deliberativa o "chamuyera", que como un nuevo nominalismo pretende arreglar las injusticias políticas, económicas y sociales con palabras. Conversando en una especie de asambleísmo permanente.
Si la izquierda está liquidada ¿qué queda de la derecha? ¿Se puede esperar algo de ella?
De la derecha clásica, tanto del nacionalismo orgánico o integral al estilo de Charles Maurras, como del fascista de Mussolini o del católico de Oliveira Salazar no queda nada. Sólo trabajos de investigación históricos y pequeños grupos políticos sin peso en sus sociedades respectivas.
Eso sí, queda como derecha el neo conservadorismo estadounidense y los gobiernos que le son afines. Y de esta derecha liberal, la única que existe con peso político, solo se puede esperar que las cosas empeoren para la salud y el bienestar de los pueblos.
Si esto es así, denunciamos una vez más de entre las cientos de veces que lo hemos intentado mostrar, que la dicotomía izquierda-derecha es estrecha, por no decir falsa, para encarar una lectura adecuada de la realidad.
Hoy situarse a la izquierda o a la derecha es no situarse, es colocarse en un no-lugar, sobre todo para el pensador (rechazo de plano el término intelectual) que pretende elaborar un pensamiento crítico. Y el único método que hoy puede crear pensamiento crítico es el disenso. Disenso no sólo con el pensamiento único y políticamente correcto sino también y sobre todo, con el orden constituido, con el statu quovigente.
El disenso es estructuralmente una categoría del pensamiento popular, en tanto que el consenso, como vimos, es una apropiación de la izquierda progresista para lograr la democracia deliberarativa que tiene mucho de ilustrada, y también,aunque en otro sentido, propiedad del liberalismo como acuerdo de los que deciden, de los poderosos (G8, Davos, FMI, Comisión trilateral, Bildelbergers,etc.).
El disenso que se manifiesta como negación tiene distinto sentido en el pensamiento popular que en el culto. En este último, regido por la lógica de la afirmación, la negación niega la existencia de algo o alguien, en tanto que en el pensamiento popular lo que se niega no es la existencia de algo o alguien,sino su vigencia. La vigencia puede ser entendida como validez, como sentido. (5)
El disenso niega el monopolio de la productividad de sentido a los grupos o lobbies de poder, para reservarla al pueblo en su conjunto, más allá de la partidocracia política
La alternativa hoy es situarse más allá de la izquierda y la derecha. Consiste en pensar a partir de un arraigo, de nuestro geniusloci dijera Virgilio. Y no un arraigo cualquiera sino desde las identidades nacionales, que conforman las ecúmenes culturales o regiones que constituyen hoy el mundo. Con esto vamos más allá incluso de la idea de estado-nación, en vías de agotamiento, para sumergirnos en la idea política de gran espacio y cultural de ecúmene.
Desde estas grandes regiones es desde donde es lícito y eficaz plantearse el enfrentamiento a la globalización o americanización del mundo. Hacerlo como pretende el progresismo desde el humanismo internacional de los derechos humanos, o desde el ecumenismo religioso como ingenuamente pretenden algunos cristianos, es hacerlo desde un universalismo más. Con el agravante que su contenido encierra un aspecto de loable, pero vacuo, inverosímil y no eficaz a la hora del enfrentamiento político.
Pero este enfrentamiento se está dando igual, a pesar de la falencia de los pensadores en no poder elaborarlo aún, a través del surgimiento de los diferentes populismos, que más allá de los reparos que presentan a cualquier espíritu crítico, están cambiando, como observa Robert de Herte (4) las categorías de lectura. Así la oposición entre burgueses y proletarios de la izquierda clásica va siendo reemplazada por la de Pueblo vs. Oligarquías, sobre todo financieras y las de izquierda y derecha por la de justicia y seguridad.
Así,mientras que desde la izquierda progresista la crítica a la globalización queda limitada a la no extensión de sus beneficios económicos a la humanidad sino sólo a unos pocos. Porque la izquierda, por su carácter internacionalista no puede denunciar el efecto de desarraigo sobre las culturas tradicionales y sobre las identidades de los pueblos. Su denuncia se transforma así, en un reclamo formal para que la globalización vaya unida a los derechos humanos.
En cambio, es desde los movimientos populares que se realiza la oposición real a las oligarquías transnacionales. Es desde las tradiciones nacionales de los pueblos donde mejor se muestra la oposición a la sociedad global sin raíces, a ese imperialismo desterritorializado del que hablan Hardt y Negri. Es desde la actitud no conformista que se rechaza la imposición de un pensamiento único y de una sociedad uniforme, y se denuncia la globalización como un mal en sí mismo.
Es que el pensamiento popular, si es tal, piensa desde sus propias raíces, no tienen un saber libresco o ilustrado. Piensa desde una tradición que es la única forma de pensar genuinamente según Alasdair MacIntyre (6), dado que "una tradición viva es una discusión históricamente desarrollada y socialmente encarnada". Por lo que les resulta imposible a los pueblos y a los hombres que los encarnan situarse fuera de su tradición. Cuando lo hacen se desnaturalizan, dejan de ser lo que son. Son ya otra cosa.
----------------
1.-El antiglobalismo de derecha. Marcello Veneziani (1955) periodista del Giornale ydel Menssaggero y colaborador con la RAI , es autor de varios ensayos entre los que se destacan: La rivoluzione conservatrice in Italia (1994),Porcesso all´Occidente (1990) y L´Antinovecento (1996). Podemosinscribirlo dentro de la corriente de pensamiento no-conformista.
2.- MassimoCacciari (1944). Filósofo, diputado del PC y Alcalde de Venecia hasta 1993.Autor de varios ensayos: L´Angelonecesario (1986), Dell´Inicio(1990), Dran: Meridianos de la decisiónen el pensamiento contemporáneo (1992), Geo-filosofíadell´Europa (1995). Pensador disidente de la izquierda europea.
3.-La bancarrota de la izquierda ysus intelectuales (31-3-04). Heinz Dieterich Steffan, es sociólogo yprofesor en la UNAM de Méjico y columnista del diario El Universal. Predicador itinerante en todoslos países de Nuestra América de un nuevo proyecto histórico del marxismo. Esautor de una treintena de libros entre los que se destacan: El fin del capitalismo global (1999) y La crisis de los intelectuales en AméricaLatina (2003).
4.-Robert de Hertees el seudónimo de Alain de Benoist (1943). Editor de las revistas Eléments y Krisis y autor deinnumerables trabajos entre los que cabe recordar Vu du droite(1977), Orientationspour des années décisives(1982), L´empireintérieur(1995), Au-dela des droitsde l´homme(2004). Es el más significativo pensador de una corriente de pensamiento noconformista, alternativa y antiigualitarista en donde se destacan, entre otros,Guillaume Faye, Robert Steuckers, Julien Freund, Alessandro Campi, ClaudeKarnoouh, Tarmo Kunnas, Thomas Molnar, Domminique Venner, Pierre Vial, JavierEsparza, Giorgio Locchi, etc.
5.- Sobre la relación entrepensamiento popular y negación puede consultarse con provecho el libro La negación en el pensamiento popular (1975)del filósofo argentino Rodolfo Kusch (1922-1979), así como nuestrotrabajo: Papeles de un seminario sobreG.R.Kusch(2000). Entre los no pocos filósofos originales que ha dado la Argentina (Taborda, deAnquín, Guerrero, Cossio, Rougés) Gunther Rodolfo Kusch ocupa un destacadolugar. No sólo por la originalidad de sus planteamientos filosóficos sinoademás porque los mismos han generado toda una corriente de pensamiento através de la denominada filosofía de la liberación en su rama popular
6.-Alasdaire MacIntyre(1929) es un filósofo escocés que vive y enseña en los Estados Unidos y que sedestacó por su crítica a la situación moral, política y social creada por elneoliberalismo Sus trabajos son el basamento de todo el pensamientocomunitarista norteamericano. Sus libros más destacados son: After Virtue (1981), WhoseJustice? Which Rationality? (1988), Threerival versions of moral enquiry (1990)..
POR ALBERTO BUELA (*)
El lúcido pensador italiano Marcello Veneziani comienza un bello artículo sobre el antiglobalismo con la siguiente observación: "Si te fijas en ellos, los anti-G8 son la izquierda en movimiento: anarquistas, marxistas, radicales,católicos rebeldes o progresistas, pacifistas, verdes, revolucionarios. Centros sociales, monos blancos, banderas rojas. Con el complemento iconográfico de Marcos y del Ché Guevara. Luego te das cuenta de que ninguno de ellos pone en discusión el Dogma Global, la interdependencia de los pueblos y de las culturas, el melting pot y la sociedad multirracial, el fin de las patrias. Son internacionalistas,humanitarios, ecumenistas, globalistas. Es más: cuanto más extremistas y violentos son, más internacionalistas y antitradicionales resultan". (1)
Se da cuenta que la oposición desde la izquierda a la globalización es sólo una postura que se agota en una manifestación. Seattle, Génova, Nueva York, Porto Alegre, pero no pasa nada, "el mundo sigue andando" como decía Discepolín.Es que la política del "progresismo" como ha observado agudamente el filósofo, también italiano Massimo Cacciari, ordena los problemas pero no los resuelve. (2)
De esto mismo se percata el sociólogo marxista más significativo de Iberoamérica, HeinzDieterich Steffan (3) quien en un reciente artículo señala: "Si la tarea actual de todo individuo anticapitalista es, por lo tanto, absolutamente clara: ¿Por qué 'la izquierda' y sus intelectuales no la encaran? ¿Por qué repiten en foro tras foro la misma letanía sobre la maldad del neoliberalismo y se contentan con sus ritualizadas propuestas terapeúticas inspiradas en Keynes,Tobin y Stiglitz? ¿Por qué no convierten la realidad capitalista en objeto de transformación antisistémica, en lugar de mantenerla como muro de lamentaciones?" (2)
El fracaso rotundo de la izquierda, hoy rebautizada "progresismo", es que, además de no haber elaborado, deglutido sería el término exacto, la derrota del "socialismo real" con la implosión soviética y la caída del Muro, no reelaboró sus categorías de lectura, y se quedó anclado al mundo categorial de Marx, Engels, Lenín, Rosa Luxemburgo y eventualmente Trotsky,haciendo arqueología política.
Lo más significativo del siglo XX, la escuela neomarxista de Frankfurt, luego de los esfuerzos de Adorno, Apel, Cohen y Marcuse, termina con el publicitado Habermas y su teoría del consenso (sin percatarse que el consenso siempre ha sido de los poderosos entre sí) y sus discípulos aventajados James Bohman y Leo Avritzer con su teoría de la democracia deliberativa o "chamuyera", que como un nuevo nominalismo pretende arreglar las injusticias políticas, económicas y sociales con palabras. Conversando en una especie de asambleísmo permanente.
Si la izquierda está liquidada ¿qué queda de la derecha? ¿Se puede esperar algo de ella?
De la derecha clásica, tanto del nacionalismo orgánico o integral al estilo de Charles Maurras, como del fascista de Mussolini o del católico de Oliveira Salazar no queda nada. Sólo trabajos de investigación históricos y pequeños grupos políticos sin peso en sus sociedades respectivas.
Eso sí, queda como derecha el neo conservadorismo estadounidense y los gobiernos que le son afines. Y de esta derecha liberal, la única que existe con peso político, solo se puede esperar que las cosas empeoren para la salud y el bienestar de los pueblos.
Si esto es así, denunciamos una vez más de entre las cientos de veces que lo hemos intentado mostrar, que la dicotomía izquierda-derecha es estrecha, por no decir falsa, para encarar una lectura adecuada de la realidad.
Hoy situarse a la izquierda o a la derecha es no situarse, es colocarse en un no-lugar, sobre todo para el pensador (rechazo de plano el término intelectual) que pretende elaborar un pensamiento crítico. Y el único método que hoy puede crear pensamiento crítico es el disenso. Disenso no sólo con el pensamiento único y políticamente correcto sino también y sobre todo, con el orden constituido, con el statu quovigente.
El disenso es estructuralmente una categoría del pensamiento popular, en tanto que el consenso, como vimos, es una apropiación de la izquierda progresista para lograr la democracia deliberarativa que tiene mucho de ilustrada, y también,aunque en otro sentido, propiedad del liberalismo como acuerdo de los que deciden, de los poderosos (G8, Davos, FMI, Comisión trilateral, Bildelbergers,etc.).
El disenso que se manifiesta como negación tiene distinto sentido en el pensamiento popular que en el culto. En este último, regido por la lógica de la afirmación, la negación niega la existencia de algo o alguien, en tanto que en el pensamiento popular lo que se niega no es la existencia de algo o alguien,sino su vigencia. La vigencia puede ser entendida como validez, como sentido. (5)
El disenso niega el monopolio de la productividad de sentido a los grupos o lobbies de poder, para reservarla al pueblo en su conjunto, más allá de la partidocracia política
La alternativa hoy es situarse más allá de la izquierda y la derecha. Consiste en pensar a partir de un arraigo, de nuestro geniusloci dijera Virgilio. Y no un arraigo cualquiera sino desde las identidades nacionales, que conforman las ecúmenes culturales o regiones que constituyen hoy el mundo. Con esto vamos más allá incluso de la idea de estado-nación, en vías de agotamiento, para sumergirnos en la idea política de gran espacio y cultural de ecúmene.
Desde estas grandes regiones es desde donde es lícito y eficaz plantearse el enfrentamiento a la globalización o americanización del mundo. Hacerlo como pretende el progresismo desde el humanismo internacional de los derechos humanos, o desde el ecumenismo religioso como ingenuamente pretenden algunos cristianos, es hacerlo desde un universalismo más. Con el agravante que su contenido encierra un aspecto de loable, pero vacuo, inverosímil y no eficaz a la hora del enfrentamiento político.
Pero este enfrentamiento se está dando igual, a pesar de la falencia de los pensadores en no poder elaborarlo aún, a través del surgimiento de los diferentes populismos, que más allá de los reparos que presentan a cualquier espíritu crítico, están cambiando, como observa Robert de Herte (4) las categorías de lectura. Así la oposición entre burgueses y proletarios de la izquierda clásica va siendo reemplazada por la de Pueblo vs. Oligarquías, sobre todo financieras y las de izquierda y derecha por la de justicia y seguridad.
Así,mientras que desde la izquierda progresista la crítica a la globalización queda limitada a la no extensión de sus beneficios económicos a la humanidad sino sólo a unos pocos. Porque la izquierda, por su carácter internacionalista no puede denunciar el efecto de desarraigo sobre las culturas tradicionales y sobre las identidades de los pueblos. Su denuncia se transforma así, en un reclamo formal para que la globalización vaya unida a los derechos humanos.
En cambio, es desde los movimientos populares que se realiza la oposición real a las oligarquías transnacionales. Es desde las tradiciones nacionales de los pueblos donde mejor se muestra la oposición a la sociedad global sin raíces, a ese imperialismo desterritorializado del que hablan Hardt y Negri. Es desde la actitud no conformista que se rechaza la imposición de un pensamiento único y de una sociedad uniforme, y se denuncia la globalización como un mal en sí mismo.
Es que el pensamiento popular, si es tal, piensa desde sus propias raíces, no tienen un saber libresco o ilustrado. Piensa desde una tradición que es la única forma de pensar genuinamente según Alasdair MacIntyre (6), dado que "una tradición viva es una discusión históricamente desarrollada y socialmente encarnada". Por lo que les resulta imposible a los pueblos y a los hombres que los encarnan situarse fuera de su tradición. Cuando lo hacen se desnaturalizan, dejan de ser lo que son. Son ya otra cosa.
----------------
1.-El antiglobalismo de derecha. Marcello Veneziani (1955) periodista del Giornale ydel Menssaggero y colaborador con la RAI , es autor de varios ensayos entre los que se destacan: La rivoluzione conservatrice in Italia (1994),Porcesso all´Occidente (1990) y L´Antinovecento (1996). Podemosinscribirlo dentro de la corriente de pensamiento no-conformista.
2.- MassimoCacciari (1944). Filósofo, diputado del PC y Alcalde de Venecia hasta 1993.Autor de varios ensayos: L´Angelonecesario (1986), Dell´Inicio(1990), Dran: Meridianos de la decisiónen el pensamiento contemporáneo (1992), Geo-filosofíadell´Europa (1995). Pensador disidente de la izquierda europea.
3.-La bancarrota de la izquierda ysus intelectuales (31-3-04). Heinz Dieterich Steffan, es sociólogo yprofesor en la UNAM de Méjico y columnista del diario El Universal. Predicador itinerante en todoslos países de Nuestra América de un nuevo proyecto histórico del marxismo. Esautor de una treintena de libros entre los que se destacan: El fin del capitalismo global (1999) y La crisis de los intelectuales en AméricaLatina (2003).
4.-Robert de Hertees el seudónimo de Alain de Benoist (1943). Editor de las revistas Eléments y Krisis y autor deinnumerables trabajos entre los que cabe recordar Vu du droite(1977), Orientationspour des années décisives(1982), L´empireintérieur(1995), Au-dela des droitsde l´homme(2004). Es el más significativo pensador de una corriente de pensamiento noconformista, alternativa y antiigualitarista en donde se destacan, entre otros,Guillaume Faye, Robert Steuckers, Julien Freund, Alessandro Campi, ClaudeKarnoouh, Tarmo Kunnas, Thomas Molnar, Domminique Venner, Pierre Vial, JavierEsparza, Giorgio Locchi, etc.
5.- Sobre la relación entrepensamiento popular y negación puede consultarse con provecho el libro La negación en el pensamiento popular (1975)del filósofo argentino Rodolfo Kusch (1922-1979), así como nuestrotrabajo: Papeles de un seminario sobreG.R.Kusch(2000). Entre los no pocos filósofos originales que ha dado la Argentina (Taborda, deAnquín, Guerrero, Cossio, Rougés) Gunther Rodolfo Kusch ocupa un destacadolugar. No sólo por la originalidad de sus planteamientos filosóficos sinoademás porque los mismos han generado toda una corriente de pensamiento através de la denominada filosofía de la liberación en su rama popular
6.-Alasdaire MacIntyre(1929) es un filósofo escocés que vive y enseña en los Estados Unidos y que sedestacó por su crítica a la situación moral, política y social creada por elneoliberalismo Sus trabajos son el basamento de todo el pensamientocomunitarista norteamericano. Sus libros más destacados son: After Virtue (1981), WhoseJustice? Which Rationality? (1988), Threerival versions of moral enquiry (1990)..
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