DECLARACIÓN CONJUNTA
La celebración judía de Jánuca o Janucá (también denominada Fiesta de las Luminarias) es una festividad móvil, es decir, que cada año varía la fecha en que se realiza aunque siempre cae en el mes de diciembre (Kislev en el calendario judío).
Este año se celebra entre los días 22 y el 30 de diciembre, vale decir que coincide en parte con la Santa Navidad (nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo).
Mientras que en años anteriores, en que tal coincidencia de fechas no se daba, esta celebración se realizó sin mayores manifestaciones fuera de la colectividad judía, sugestivamente este año y no solamente en la Argentina, se le está dando una exposición pública importante.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por gestiones que no trascendieron a la opinión pública, los referentes de esa colectividad y los funcionarios del gobierno arbitraron un operativo consistente en instalar en quince plazas públicas sendos monumentos (unos candelabros gigantescos de nueve velas típicos de esta celebración) y un cronograma de actuaciones rituales. Entre éstas, se contó la presencia del propio gobernador Mauricio Macri (que no se asume como judío aunque es descendiente, conforme lo delata su apellido, originario de Cerdeña y derivado del hebreo Machir). El señor Macri fue invitado por los responsables del espectáculo público a encender una de las velas, cosa que hizo y luego participó de las diversiones posteriores (show artístico, música y fuegos artificiales) y bailando en público una danza hebrea.
El acto tuvo lugar en la Plaza Uruguay del barrio de Palermo, frente al edificio del Canal 7 (oficial del gobierno nacional), presidido por el rabino Tzvi Grunblatt, perteneciente a la logia judaica Jabad Lubavitch Argentina que representa el más cerrado fundamentalismo judío, rechazado por la mayoría de esa colectividad.
En la oportunidad, Macri les respondió textualmente a los reporteros: “Lo que pregona Janucá es el trabajo en equipo, como necesita nuestro país; es el esfuerzo compartido y la libertad, que significa acceder a un buen trabajo, al conocimiento y a tener una buena una familia”, una explicación tan absurda y mentirosa que no resiste análisis, porque ni se acerca a lo que la propia colectividad judía considera que es el espíritu de la celebración.
Sobre el significado que los dirigentes fundamentalistas judíos le atribuyen a esta recordación que declaran histórica, y que no se compadece con el que oficialmente declaran al público a través de los medios masivos (ni, como se podrá ver, con la locuacidad engañosa del gobernador) léanse las siguientes expresiones tomadas de medios de información de la colectividad:
1. “La Janukiá encendida se ha convertido en un símbolo tanto de la resistencia física, como de la resistencia espiritual a la tiranía y a la asimilación. La tradición judía ha preservado este doble aspecto de la resistencia”. [¿Tiranía antijudía, en la Argentina?]
2. “La resistencia de los Macabeos y sus aliados a los intentos forzados de asimilación preservaron el judaísmo. La historia de Janucá es la eterna lucha del pueblo por seguir siendo judíos en un mundo no judío. [¿Intentos forzados de asimilación, en la República Argentina?]
Aunque estos conceptos no son compartidos por la mayoría de los judíos de la Argentina, sí son reivindicados por la dirigencia fundamentalista de la colectividad, que evidentemente pretende impedir que se integren perfectamente a esta sociedad la que, sin embargo, no les ha exigido nunca que renuncien a su judaísmo y no los hace ni les hizo en el pasado víctimas de persecución de ninguna especie.
El notable despliegue dado a esta celebración judía en lugares públicos por parte de los grupos fundamentalistas que la encabezan –con el apoyo de los grupúsculos sionistas y de los funcionarios progres (criptocomunistas) de la nación y de la ciudad–, no deja de sorprender a muchos residentes de esa colectividad porque hasta ahora la consideraban una celebración a realizarse en la intimidad del hogar, de la que la mayoría no participa por tratarse de una recordación de categoría inferior al Pesaj (pascua judía), el Yom Kipur (día del perdón) o el Rosh Hashaná (año nuevo).
Es, además, señal evidente de un designio torpe de provocar la reacción del pueblo católico, ante la notoria profanación de una de sus fiestas más sagradas.
No pasa inadvertido a los católicos que tan extraordinaria, desusada e histriónica demostración, evidentemente aireada para dar una connotación de importancia a una celebración menor de los judíos en la Argentina, con el aporte entusiasta de los funcionarios votados por la mayoría del pueblo cristiano, se percibe como un insulto o una provocación inusitados, que no responde al espíritu tradicional de tolerancia de los argentinos.
Cualquiera fuere la torpe intención obrante tras una pretendida celebración inocente de una pequeña colectividad (que la involucra pero por obra de sus dirigentes, no por voluntad de la mayoría de sus miembros, suficientemente integrados a esta sociedad como para saber con certeza que estos jolgorios judaicos en fechas cristianas son mal recibidos por la mayoría de la gente y propenden a crear resentimientos contra la judería), ésta debe cesar de inmediato.
Y el señor Macri debe dar cuenta de su actuación a título oficial en estos hechos: debe informarle al pueblo qué sentido y qué propósitos tuvieron su participación como Gobernador de la Ciudad en las algaradas fundamentalistas de la Janucá en 2008.
Para su mayor ilustración –y a fin de que no nos venga con la clásica consigna, relativa a la libertad de cultos, que con estos hechos no tiene relación alguna, puesto que ningún argentino persigue el propósito de impedir que los judíos disfruten de sus fastos– aquí le recordamos el artículo segundo de la Constitución de la Nación Argentina:
“Art. 2º. El gobierno federal sostiene el culto Católico Apostólico Romano". [Que no conmemora ninguna “Janucá”.]
Firman: Organización Puerta de Hierro (Federico Addisi, DNI:23.771.049); Héctor Pérez Vásquez (FE de las JONS, Bs. As.); Movimiento Social Eva Perón (Héctor Comas, DNI: 5.942.538); Centro de Difusión Nacionalista "Ayohuma" (Ernesto Damián Sanchez Ance, DNI: 22.073.196); Mirtha Clyde Veronesi (DNI 3 692 907)
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