viernes, diciembre 12, 2008

El ataque a la CGT.

La zaga de un fallo fallado
(Alberto Buela)


Es bueno escribir sobre un tema y tener una opinión disidente al resto, a lo políticamente correcto, y saber que no se está solo en la tarea.

Se me han sumado dos compañeros de ruta: el biólogo Octavio Ortiz de Zárate(*)

y el prestigioso abogado laboralista Oscar Valdovinos (**). Sin contar con Julio Godio (***), pájaro que no es de mi devoción.

Qué dice Ortiz de Zárate que solo existen en Argentina dos organizaciones con "espíritu de permanencia" frente al Estado: la Iglesia y las Organizaciones Sindicales. Un obispo ó un dirigente sindical saben que tratarán con sucesivos presidentes, ministros, secretarios y demás representantes del Estado y saben que ellos permanecerán cuando los otros hayan pasado al crepúsculo.



Que dice Valdovinos (Clarín 24-11-08) que el movimiento sindical argentino respeta la libertad pero favorece la unidad de representación. El fallo de la Corte atenta contra la unidad de representación en la negociación colectiva. Los daños colaterales de esta medida podrían ser gravísimos.



Que dice Godio, el fallo puede derivar en una desorganización política del país.



Y cómo terminan los tres; apelando a la madurez de los trabajadores que ya pudieron sortear las trampas tendidas por las dictaduras del 55 y el 76. Confiando en eso que denomina tan acertadamente Ortiz de Zárate: "espíritu de permanencia de los dirigentes sindicales".



Nosotros no queremos invalidar estas tesis, pero tampoco aceptamos que debamos esperar sin actuar, confiados en una especie de "fuerza de las cosas" según la cual las Organizaciones Sindicales van a superar naturalmente este escollo contra ellas como es el fallo de la Corte.



Acá hay algo más grave, esta medida es una puñalada al corazón mismo del modelo sindical argentino y no una medida más como los fueron el decreto 9.270 de 1956 que derogó la personería gremial y bajo el nombre de "libertad sindical" y de "pluralidad sindical" propuso crear tantos sindicatos por rama o actividad como quisieran los trabajadores. (lo mismo que hoy propone la CTA).

También la ley 22.105 de 1979 de la Dictadura Militar que obró en el mismo sentido. Ni la resolución 250 del ministro Tomada que permitió que ATE hiciera elecciones en las Fuerzas Armadas habiendo ya un sindicato más representativo como PECIFA (personal civil de las fuerzas armadas).



Hoy el tema es gravísimo porque este es un fallo que tiene varios padres: a) los 32 gremios democráticos para los que el peronismo es fascismo sostenedor del ideario de un socialista como el juez Fait, su alegre vocero. b) la OIT y su convenio 87 de "libertad sindical" entendida como la entendió la Revolución Libertadora. c) la patronal gorila que con este fallo va a nombrar ella a los delegados de fábrica y no los sindicatos.



El fallo encarna lo más granado de lo "políticamente correcto", de lo que se debe pensar para llegar a ser "progresista e ilustrado". Por eso Valdovinos sostiene que "la Corte ha obrado con ligereza, actuando más como si se tratara de un ejercicio teórico propio del ámbito académico pero impropio de la responsabilidad de quien encabeza uno de los poderes del Estado". Así, oponerse a este fallo supone ser catalogado de troglodita, reaccionario y, por qué no, fascista. Y este es un sayo que ninguno de los abogados de la CGT se quiere poner, por eso buscan la falsa salida de la "neutralización jurídica del fallo". El fallo es dañino y pernicioso eo ipso, por sí mismo para toda la sociedad en su conjunto.



¿Qué hacer? Fue la pregunta de Lenín. Nosotros creemos que no cabe a las organizaciones sindicales ni replegarse para solo "cuidar la quinta" ni a buscar las chicanas y neutralización jurídica. Acá hay que tomar una medida de fuerza político-social en el momento oportuno (que lo conocerá la conducción de la CGT) hasta conmover las estructuras y la conciencia de los hombres que han posibilitado tomar tan desastrosa medida para la sociedad en su conjunto. Este es un fallo que va lisa y llanamente contra el bien común de la Nación Argentina. Va directamente en contra de la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación. Va contra la idea central del peronismo de construir una Comunidad Organizada.



(*) biólogo colaborador de la CGT

(**) laboralista, fundador del PI, compañero del Che y abogado de la Unión Ferroviaria

(***) sociólogo socialista becario desde hace años del Sindicato de Comercio

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Decir la verdad no depende del uso que pueda hacerse de ella Alberto Buela(*) Nos podemos jactar de tener nuestros mejores amigos en el ámbitosindical argentino, ellos han sido, con sus matices y diferencias,quienes nos han permitido desarrollar lo poco o mucho que hemos hechoen filosofía en treinta y cinco años. En nuestro caso la comunidadsindical reemplazó a la comunidad académica, lo que nos permitiódesarrollar un pensamiento genuinamente disidente o de ruptura con laopinión. Los sindicatos en argentina han sido siempre disiente a la opiniónpublicada y así ellos nos han permitido llevar a cabo un tareaplasmada en un pensamiento de ruptura con la opinión. Sobre el modelo sindical argentino llevamos escrito varios libros ycasi medio centenar de artículos, trabajos que nos permiten obviar losdesarrollos teóricos e ir al grano. No estamos obligados a abundarsobre lo que ya está escrito. Vayamos al punto. En un artículo anterior titulado Se quebró el modelo sindicalargentino afirmamos que el fallo de la Corte Suprema de Justicia de laNación a favor de ATE-CTA y en contra del sindicato de PECIFA(personal civil de las fuerzas armadas) permitiendo que un no afiliadoal gremio de Pecifa sea delegado gremial es un golpe mortal al modelosindical argentino. Por qué. Porque se desfonda, se le quitafundamento a la representatividad gremial organizada. Los abogados, siempre los abogados, esos grandes corruptores de losgremios , pues la experiencia nos indica que siempre han estado ellosdetrás de las grandes trapisondas, han propuesto como estrategia "laneutralización jurídica" del fallo de la Corte Suprema. Sea con lacreación de una ley de protección, sea con la impugnación del fallo,etc.Pero sabemos, hasta el menos lego, que el precedente de un fallo de laCorte Suprema de cualquier país tiene vigencia hasta por siglos. Estono es juguete. Y sólo se pueden modificar cuando cambia el régimenpolítico del gobierno que le dio lugar. Pruebas al canto, los dosgrandes ataques que sufrió el modelo sindical argentino fueron con laRevolución libertadora que derrocó a Perón por el decreto 9.270 de1956 y con la ley 20.615 de 1979 correspondiente a la última DictaduraMilitar. El primero fue luego anulado por el gobierno de Frondizi y elsegundo por una decisión política del gobierno de Alfonsín. Y con este caso pasa lo mismo, no hay chicana jurídica que arregleeste zafarrancho. No hay ninguna nueva ley que asegure que el falloATE-PECIFA no se extienda al resto de las organizaciones gremiales ysindicales. Es una mentira más del mundo abogadil enquistado dentrodel movimiento obrero. La sola posibilidad que tienen en sus manoslos gremios es "la huelga general revolucionaria". Y esto no es un exabrupto sino que es el último mecanismo político que tiene el mundosindical que defender su modelo. No puede torcer la voluntad políticadel gobierno con una "huelguita", con una "solicitada" en los diarios,solo lo puede hacer, en todo caso, mostrando todo su poder. Ya hemos recibido comentarios de sindicalistas diciendo que esto esuna desmesura, una barbaridad, que el gobierno nos ha dado muchascosas y que nosotros no le podemos hacer una huelga. A lo querespondemos que el gobierno haya dado cosas no justifica que elgobierno quite al movimiento obrero argentino y peronista el sentidode ser de su existencia.El propósito del llamado a una huelga general revolucionaria es queprovoque de suyo una conmoción política interior que logre por partede la Corte la anulación del fallo de marras. Sin conmoción político-social interna no hay cambio de dirección en lapolítica sindical que se ha fijado el gobierno y que terminaexpresándose en fallo, aparentemente, intrascendente. Observemos quequienes le dan trascendencia son el vocero, un gorila remanido, yquienes festejan: ATE-CTA. Otros comentarios de sindicalistas KK, más papistas que el Papa laico,no dicen que no escribamos porque nuestros comentarios pueden serusados por los enemigos del gobierno. Estos son esos dirigentes quetienen una versión "utilitaria" de la verdad. Esto es, aquellos queconsideran que le bien y el mal, lo verdadero y lo falso son conceptospuramente instrumentales. Si me sirven los utilizo y sinó no.A estos dirigentes les respondemos que si la verdad no vale la penapor sí misma sino en tanto que pueda ser puesta al servicio de unacausa, entonces ya no hay verdad que valga. Decir la verdad, comoafirmamos en el título, no depende del uso que podamos hacer de ella.Si esto no está claro en las mentes y los corazones de nuestrosdirigentes sindicales entonces todo es válido y así el sindicalismo sereduce a un toma y daca de beneficios mutuos con el gobierno de turno. Sepan los buenos dirigentes distinguir. No hace tanto logramosneutralizar la maniobra del la CTA en busca de su personería gremialcuando ya el ministro Tomada la tenía cocinada. Hoy es mucho más graveporque la medida ya fue tomada, el fallo de la Corte Suprema esirreductible. Y emblemáticamente fue anunciado por un gorila de peloslargos como el juez Fayt, que por socialista y "paisano" es la joya dela corona del "progresismo argentino".

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La liviandad de la dirigencia sindical

(al que le quepa el sayo que se lo ponga)

Alberto Buela





Como tenemos muchos amigos entre los sindicalistas hemos preferido hablar de "liviandad" para referirnos a la actitud que en su conjunto ha tomado el movimiento obrero sindicalizado tanto en la CGT oficial como el la CGT Azul y Blanco, con respecto al fallo de la Corte Suprema de la Nación donde determina que el delegado de fábrica puede serlo sin estar afiliado a una organización sindical con personería gremial.



La liviandad es la cualidad de lo liviano, de lo ligero. Y esta parece ser que ha sido la respuesta a semejante medida. Restarle importancia, reducir la dramaticidad de una medida terrible, fundamental, que troncha por las patas el modelo sindical argentino.



También tenemos nosotros en el habla porteña otras expresiones similares como: "no darle bola", "tomárselo a la chacota", "no dar por el pito más que lo que el pito vale", "no calentarse", pero dejemos estas para el lenguaje oral y coloquial.



En estos quince días que han pasado desde que se tomó conocimiento del malhalado fallo dos han sido, básicamente, las respuestas siempre en el tono de la liviandad.



Una, la más elemental, la menos sólida, que ha consistido en el replegarse de los propios dirigentes sobre su sindicato y ver como pueden pasar el chubasco, pensando que este gobierno no va a durar toda la vida y que este fallo, tarde o temprano va a caducar. ¡Tantas agresiones (1956, 1966, 1976) sufrió el modelo sindical argentino y siempre las superó!

¿ por qué no, también ahora?. Además, es cierto, este es un fallo político apoyado en la vieja idea de los 32 gremios democráticos (socialistas) tan amados por el juez Fait (vocero entusiasmado del fallo) y el secretario Righi (autor intelectual, porque en sus considerandos se apoya la Corte).



Y la otra, la más elaborada, es el intento de lograr la "neutralización jurídica del fallo". El verso de los abogados y de algún dirigente más ilustrado que considera que su lucha es de escritorio a escritorio. En general son los dirigentes que apoyan a raja tabla las medidas del actual gobierno y que no saben como explicar "esta puñalada por la espalda", pero que no tiene, y allí lo paradójico, ningún traidor. Una traición sin traidor. ¡ La Argentina da para todo!



A los primeros les decimos que lo suyo no alcanza pues, más allá de todas sus precauciones en cuidar sus gremios, que aún antes de este fallo, casi no había fábrica que no tuviera una comisión de delegados del PO (Partido obrero). Es decir, que con o sin representación gremial ya muchísimos gremios ha perdido cantidad de comisiones obreras. La solución es ocuparse y preocuparse de los delegados y su trabajo y de los cuerpos de delegados y no dejarlos abandonados a su suerte. Así, la indolencia y liviandad de la los anteriores dirigentes de la UTA con sus delegados fue la que fabricó el pseudo gremio de los Subtes de Buenos Aires.



Y en cuanto a la solución jurídica de neutralización del fallo, ello es un grave error abogadil, porque un fallo de la Corte no hay dios que lo deshaga. Incluso si la Corte lo anula, el fallo sigue allí. Si me permiten el símil, es como cuando una mujer pierde su virginidad, por más alumbre que se pase el himen ya se cortó.

Que se propone llevar al Congreso de la Nación una nueva ley de Asociaciones Profesionales, cuando hoy no hay en Argentina ningún jurista en derecho laboral que tenga, ni por asomo, la capacidad de don Horacio Ferro padre, autor de la ley vigente, es un sinsentido. Además no modifica el fallo, porque las leyes no son retroactivas. Que se busquen chicanas jurídicas no está mal, pero gastarán los gremios más en honorarios abogadiles que en beneficios para ellos.



Vemos como con estas dos actitudes donde ambas se encuadran en la cualidad de "la liviandad", la dirigencia sindical ha renunciado a la única herramienta válida que tiene, cual es la medida de fuerza. Y en otros artículos anteriores sobre el tema los hemos llamado a "la huelga general revolucionaria, no porque creyera que alguno iba a levantar el guante de tan heroica medida, sino para ver cual era la reacción del mundo sindical ante la propuesta. La inmensa mayoría guardó silencio y dos "progresistas" provenientes de "gremios ilustrados", se horrorizaron con la medida.



Pero ¿por qué la dirigencia sindical renuncia expresamente a defenderse con medidas fuerza? Porque hay algo que le hacer ruido en su propia conciencia, porque está en deuda con la comunidad a la que pertenece.

Obviamente que esto no es aplicable a todos los dirigentes sindicales, pues los hay muy buenos y probos, pero el tono social general es de reprobación al enquistamiento en los cargos, al gatopardismo(*) en las elecciones internas, a la falta de apoyo a los dirigentes de base o fábrica.



En definitiva, el fallo de la Corte es de una gravedad insospechada para la vida no solo de los gremios sino también de los partidos políticos. Ya acaban de presentarse en tribunales de la Capital Federal varios pedidos para optar a candidaturas más allá de los partidos políticos apoyándose en este fallo. Todo indica que se va a producir un verdadero aquelarre.



Ya ha dicho Godio, que no es pájaro de mi devoción, pero que sobre el tema conoce algo: Este fallo puede derivar en la desorganización política del país". Señores dirigentes sindicales, por favor, tomen cartas en el asunto, ahora que todavía pueden hacer algo. Que no les ocurra lo que a Boabdil el último rey moro de Granada que lloraba porque perdió su trono por no pelear: No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre, lo reprendió su madre.


(*) gatopardismo es cambiar algo para que nada cambie


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CLARIN.COM
DEBATE
Por: Armando Caro Figueroa

Por fin, hacia la libertad sindical
El fallo de la Corte sobre representación gremial deja atrás décadas de exclusiones. Es de impecable contenido democrático, contribuye a desarticular las bases del modelo sindical peronista y dota de nuevo equilibrio a las relaciones laborales.


Fuente: EX MINISTRO DE TRABAJO



El 11 de noviembre será recordado como el día en el que la Argentina dio un paso de gigante hacia la libertad sindical, dejando atrás décadas de monopolio y exclusiones. Y lo será gracias al empeño de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), un sindicato tradicional ideológicamente reconvertido, y a la lucidez de la Corte Suprema de Justicia (CSJN) que, apartándose de los precedentes y haciendo caso omiso de los poderes institucionales y fácticos que exhibe la Confederación General del Trabajo (CGT) decidió, en una importante sentencia inaugural, hacer realidad la supremacía de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales.

Durante más de 60 años el llamado modelo sindical peronista resistió todos los decenales embates (1956, 1966 y 1976, 1984, 1996) y encontró la manera de salir fortalecido después de cada uno de ellos. Así y en lo que se refiere a los "delegados de fábrica", la vigente Ley 23.551 (arrancada o concedida por el presidente Raúl Alfonsín en el marco de un desafortunado pacto político del radicalismo con un sector del sindicalismo peronista) blinda al sindicato único dentro de la empresa, reconociéndole derechos que hasta entonces el peronismo político se había abstenido de reconocer.


Aquel modelo resistió también a lo largo de estos años la prédica, a veces excesivamente prudente pero constante, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que daba lugar a explicaciones forzadas y promesas insinceras de las autoridades locales.


El fallo unánime de la CSJN, de impecable factura democrática, toma el toro por los cuernos y supera con creces los tímidos avances hacia el pluralismo y la libertad sindicales ensayados durante los primeros 25 años de democracia.


Si bien la sentencia se circunscribe a reconocer el derecho del sindicato menos representativo (en el caso: ATE respecto de PECIFA) a instar la celebración de elecciones a delegados de personal y el derecho de sus afiliados a presentarse como candidatos, su clara línea argumental sienta las bases para desarticular los otros dos pilares del modelo sindical peronista: el monopolio para negociar convenios colectivos de trabajo (entre otros poderes excluyentes), y el monopolio sobre el gobierno de las obras sociales.


Aún cuando esta no sea la opinión del señor ministro de Trabajo ni del procurador General de la Nación, que pretenden limitarlo al ámbito del sector público, pienso que el pronunciamiento de nuestro alto Tribunal sienta principios válidos para todas las ramas, sectores o empresas. En realidad, el fallo abre la posibilidad de generar órganos de representación obrera en los centros de trabajo, no necesariamente sindicalizados, más parecidos a los comités o consejos de empresa europeos que a nuestras tradicionales "comisiones internas" controladas absolutamente por las cúpulas sindicales.


Estamos, en mi opinión, ante una excelente noticia para las instituciones de la República, para los equilibrios imprescindibles dentro del sistema de relaciones laborales, y también para los intereses de los trabajadores, por mucho que el sindicalismo tradicional se empeñe en equiparar pluralidad representativa con debilidad obrera o agite el fantasma del clasismo de izquierda para afligir a sus compañeros de ruta dentro del mundo patronal.


En resumen, de los tres pilares del modelo sindical peronista (monopolio de la negociación colectiva, monopolio de la acción sindical dentro de la empresa y gestión monopólica de las obras sociales), la sentencia de la Corte demuele al segundo y abre una apreciable brecha dentro del primero.


Lamentablemente, de momento no hay indicios de que alguno de los poderes del Estado vaya a atreverse a abolir el monopolio sindical sobre las obras sociales que la dictadura de Onganía concedió al vandorismo.



NOTA DE P DE HIERRO: Hace mucho tiempo ya, advertimos desde aquí, para aquellos que aún tenían dudas, que se iba a desenmascarar las verdaderas intenciones de Kirchner cuando le otorgara la Personaría Gremial a la CTA, y de ese modo, destruir el modelo sindical argentino creado por el General Perón. Y a no engañarnos, meter una estiletada mortal contra el peronismo, ya que historicamente, le guste o no a muchas personas, el sindicalismo fue la columna vertebral del movimiento, y justamente este movimiento peronista, es el que dotó a los trabajadores de una conciencia social pero NACIONAL.
El fallo de la Corte, obviamente con la venia del Ejecutivo pone en grave riesgo no sólo a la CGT y la unidad sindical, sino al movimiento peronista en su conjunto. No es extraño por ello, que Gorilas como Armando Caro Figueroa festejen la resolución de la corte.
Desde aquí manifestamos el más enérgico repudio pero a su vez llamamos la atención de los dirigentes de la CGT que continúan increíblemente alineados detrás del proyecto político del oficialismo
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