(Fuente: Clarin, 25 de abril del 2008).
Renunció Lousteau y en su lugar va Carlos Fernández, un hombre de Kirchner.
Anoche le presentó su renuncia a la Presidenta. La decisión se conoció después de que el ex presidente Kirchner reclamó que no se hablara más de enfriar la economía. Lo reemplazará el actual titular de la AFIP.
Anoche a las 22,30 el ahora ex ministro de Economía Martín Lousteau le dijo a Clarín: "Renuncié". A las 0,15 desde Olivos trascendió el nombre del nuevo ministro: Carlos Fernández, hasta ahora flamante jefe de la AFIP y un hombre que supo cultivar una estrecha relación con Néstor Kirchner desde que secundaba a Carlos Mosse en la estratégica Secretaría de Finanzas. La otra información es que Guillermo Moreno seguiría en su puesto.
De esta manera, se refuerza la presencia de Néstor Kirchner en el manejo de la economía. Fernández, que asume hoy a las 19, goza de la absoluta confianza de Kirchner a tal punto que fue enviado a la provincia de Buenos Aires como ministro de Economía cuando Felipe Solá se reti raba como gobernador y Scioli jugaba su candidatura.
Cuando a Lousteau se le preguntaron los motivos de su renuncia, deslizó que era por profundas discrepancias sobre cómo enfrentar la inflación. Un miembro de su equipo amplió más tarde que Lousteau se había negado ayer a firmar una resolución que le daba más poder de decisión a Guillermo Moreno en el área de carnes y en el tema trigo. Esta es la primera renuncia de un ministro en el Gabinete de Cristina Kirchner y revela una crisis en el Gobierno a casi cinco meses de haber asumido. Anoche se especulaba con otros cambios que podrían incluir incluso a la figura del jefe de Gabinete.
Carlos Fernández llegó a la provincia de Buenos Aires impulsado por la Casa Rosada. Cuando Scioli asumió como gobernador, Fernández pasó a la Jefatura de Gabinete, Y desde allí este licenciado en Economía saltó a la AFIP para reemplazar al renunciado Alberto Abad.
A diferencia de otros casos, a Lousteau no le pidieron la renuncia, sino que lo hizo por su propia iniciativa. Claro que sumamente desgastado. Su última medida, las retenciones móviles a las exportaciones de granos, provocó la mayor protesta del campo en 30 años, lo erosionó sin remedio. Las propuestas posteriores tampoco fueron recibidas por la dirigencia del campo. Y Lousteau fue corrido de esa crucial negociación, mientras su adversario, el secretario Guillermo Moreno, ocupó el centro de la escena. Y según denunciaron las entidades del campo, "embarrando la cancha". Una de las peleas con Moreno fue sorprendida por las cámaras de tevé en el acto en Plaza de Mayo, el 1º de abril.
La semana pasada Lousteau le había acercado a Cristina Kirchner un papel en el que proponía una serie de medidas para contener la inflación, bajar el gasto, mantener quieto el dólar y atraer las inversiones.
Anoche a Lousteau lo aguardaban en Aeroparque para trasladarlo a Montevideo. Allí hoy debía inaugurar una reunión regional sobre el Banco del Sur. El ahora ex ministro adujo razones personales. A las 21,30 le había presentado la renuncia a Alberto Fernández de manera indeclinable. Un rato más tarde en Olivos, Cristina Kirchner, el ex presidente, el jefe de Gabinete y el secretario de Legal y Técnico Carlos Zanini ya tenían decidido el sucesor, Carlos Fernández.
La renuncia de Lousteau se produjo apenas unas horas más tarde del primer discurso de Néstor Kirchner como presidente del PJ. Allí, y en lo que pareció un mensaje al propio Lousteau, el ex presidente apuntó sus dardos contra aquellos que se proponen enfriar la economía. Lousteau había dicho en una jornada junto a la princesa Máxima que era partidario de un crecimiento sostenido, aunque a una tasa más baja que la actual: "Si logramos crecer 10 años a 5,5% o 6% anual, podríamos aumentar 50% los ingresos de la gente", señaló.
La gestión de Lousteau duró 137 días. Lo cierto es que el ahora ex ministro fue una de las pocas nuevas figuras en el Gabinete. Llegó desde su puesto como presidente en el Banco Provincia impulsado por Alberto Fernández.
Pero su paso tuvo varios tropiezos. Llegó prometiendo volver transparente la medición en el INDEC. El plan nunca se anunció . Hubo otro tema por el que Lousteau estuvo a punto hace un mes de dar el portazo: fue cuando se negó a firmar la resolución autorizando la emisión de bonos para el financiamiento para el tren bala. Al final dio su aval a un esquema de financiamiento que prevé atender una inversión cercana a los US$ 4.000 millones.
NOTA DE P DE H: La desacertada política del gobierno con el campo se cargo la primer víctima en la gestión K. Esto seguramente no termina acá, y lamentablemente para el país, no auguramos tiempos felices.
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