(Clarín, 6 de noviembre del 2006).
LOS LIDERES EMITIERON UN COMUNICADO CON CRITICAS AL MURO PROYECTADO POR EE.UU. EN SU FRONTERA CON MEXICO
La ausencia del presidente brasileño Lula da Silva y el fuerte protagonismo de España, con su Rey Juan Carlos y su jefe de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la 16 Cumbre Iberoamericana que cerró ayer aquí, reactivó recelos sobre liderazgos y negocios regionales. La Cumbre tuvo como eje la cuestión migratoria global, parte importante de la cual involucra a países latinoamericanos —enojados con el proyecto de muro en la frontera de EE.UU.— e ibéricos, que también siente presión demográfica. La región reclamó respetar los derechos humanos de los migrantes. Pero otros temas penetraron la agenda, como las presencias o ausencias de líderes o el conflicto por las pasteras entre Argentina y Uruguay.Las 22 delegaciones firmaron el Compromiso y la Declaración de Montevideo. La crítica al proyecto de muro de EE.UU frente a México quedó en uno de los comunicados especiales. Los otros fueron de apoyo a Argentina por las islas Malvinas, a la paz en Colombia, a la cooperación energética, a la ampliación del canal de Panamá y a la igualdad de género; una crítica al bloqueo a Cuba y otra al terrorismo.En la Declaración, urgen a un análisis global de la migración "integral y coherente", que sea "multilateral" y revise "causas y efectos". Y afirman: "Rechazamos toda acción unilateral o coercitiva internacional que atente contra el clima de diálogo y las normas de respeto mutuo", sin perjuicio de reconocer a cada Estado potestad sobre controles. La oposición al presidente Tabaré Vázquez machacó sobre el faltazo de Lula (también del venezolano Hugo Chávez) y las pocas horas que anduvo por aquí el argentino Néstor Kirchner. Vázquez habló del "éxito" de la reunión: "Vinieron 16 presidentes más vices y cancilleres de toda Iberoamérica", dijo. Pero hubo tela que cortar.Se publicaron, en Brasil y luego aquí, fotos de Lula y su esposa en una playa de Bahía, con epígrafes socarrones sobre la sunga del presidente brasileño. Aunque hubo, además de la venida del canciller Celso Amorin, noticias sobre el consejo médico a Lula de descansar tras su reciente y agotadora campaña electoral, no faltaron otras lecturas. "Lula no se involucrará con las pasteras, por ejemplo", dijo una fuente brasileña. Y de hecho será el rey español quien "facilitará" una vía de diálogo. Mordaz, un diario local tituló que Kirchner aceptó "a un rey y no a un obrero" para eso.Ese hecho potenció a Madrid en la Cumbre, pero además Rodríguez Zapartero fue un líder muy activo, y propuso un fondo sobre el agua tras asociar pobreza con emigración. Pero nadie desconoce a los grupos españoles que hacen negocios en ese sector u otros vinculados.España tuvo una acumulación de capital notable estos años; su PBI ya pasa del billón de dólares, lo que le permitiría estar en el Grupo de los 8. Y Latinoamérica contribuyó a ese proceso que abarcó a sectores como agua, petróleo, finanzas o telefonía. Una líder del Mercosur dijo a Clarín: "España quiere forzar las cosas. Queremos cooperación y solidaridad, pero priorizamos lazos vecinales. Pronto viene en Bolivia una reunión de la Comunidad Sudamericana de Naciones", que busca acercar al Mercosur a al grupo Andino. En la delegación de Brasil no quisieron hablar. "No aspiramos ni a liderazgo ni a hegemonía", indicaron. Pero el vocero subrayó, del discurso de Amorim, la alusión a "fortalecer la cultura iberoamericana". Tal vez Brasil no quiera que el involucramiento de España en esta geografía salte los márgenes de las artes. En 2007 la Cumbre será en Chile y el tema eje, la búsqueda de mayor cohesión social en la región. En Montevideo se acordó un compromiso a suscribir el año próximo en Santiago un acuerdo que permita a los trabajadores migrantes sumar sus aportes sociales en cualquier país iberoamericano.
NOTA DE P. DE H: Lejos queda nuestro sueño de Patria Grande y de unidad Iberoamericana. Y eso se reflejó en la cumbre que acaba de concluir en Montevideo. Cada país buscaba su propio interés, en lugar de pensar en una auténtica integración. Para colmo, se firmó un acuerdo sobre "la igual de género". Es de suponer que lo único positivo, fue la autorización para los argentinos para entrar en España sin necesitar visa, y la afirmación de todos los países del derecho argentino sobre Malvinas.
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