jueves, noviembre 16, 2006

Para la Iglesia, el muro entre EE.UU. y México es "inhumano"

(Clarín, 16 de noviembre del 2006).

Lo dijo uno de los "ministros" del Papa, a propósito de la construcción de una valla de 1.120 km para impedir el ingreso de ilegales, aprobada por Bush. También llamó a combatir el tráfico de seres humanos.


Uno de los "ministros" del Papa, el cardenal Renato Martino, calificó ayer de "inhumana" la decisión del presidente norteamericano George W. Bush de construir un muro de 1.120 kilómetros en la frontera de EE.UU. con México para impedir el ingreso de inmigrantes ilegales. Martino dijo también que el muro de Bush recuerda el muro de Berlín y que es una violación de los derechos humanos.El purpurado es presidente del Pontificio Consejo para los Migrantes e Itinerantes, y ofreció una conferencia de prensa en el Vaticano al presentar el mensaje del Papa del 14 de enero próximo con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado.El alto prelado vaticano también expresó la esperanza de que la nueva mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso estadounidense permita rectificar la "inhumana" operación."En una época en la cual el regocijo ha invadido el mundo por el derrumbe de muros vergonzosos como el de Berlín, es absurdo e inconcebible que sean erigidos otros, como el decidido por EE.UU." en la frontera con México, afirmó el cardenal Martino, que antes de ser promovido al cardenalato fue durante 12 años el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.Martino es uno de los "ministros" más activos del Vaticano y aprovechó la conferencia de prensa para elogiar la acción conjunta de los episcopados estadounidense y mexicano, que se opusieron enérgicamente a la construcción del muro, "trabajando sin cesar para contrastarlo, suscitando así la plena satisfacción de la Santa Sede".El cardenal fue aún más duro con el presidente Bush al afirmar que "esta operación es contraria a las aspiraciones de la humanidad de construir una familia de hermanos, sin distinciones de razas y de culturas".En EE.UU. viven alrededor de 11 millones de mexicanos. La mitad de ellos son ilegales. El presidente de EE.UU. afirmó, al promulgar el proyecto de construcción el 26 de octubre, que el muro "es un importante paso en los esfuerzos de nuestra nación para proteger nuestras fronteras".Un informe del Departamento de Estado en 2005 estima que entre 600 y 800 mil seres humanos —hombres, mujeres y niños—, son traficados actualmente a través de las fronteras norteamericanas. El 80% de lo que muchos consideran como "los nuevos esclavos" son de sexo femenino. El alto prelado vaticano denunció que muchas mujeres son obligadas a prostituirse y los niños, a trabajar. "El tráfico de seres humanos en el mundo se ha intensificado. Las personas son sometidas a la esclavitud porque dependen de ciertos criminales que se apoderan de estos seres humanos", dijo. Señaló que "esta práctica es ahora peor que el tráfico de esclavos en el pasado". "Es peor que la esclavitud de las personas capturadas en Africa y llevadas a otras naciones".El cardenal Martino lanzó un desafío a todas las naciones para que combatan "la esclavitud actual". "En un mundo que proclama los derechos humanos a diestra y siniestra, vemos lo que se hace con los derechos de tantos seres humanos, que no son respetados sino pisoteados", afirmó.El secretario del mismo Pontificio Consejo para los Migrantes, monseñor Agostino Marchetto, habló también en la conferencia de prensa y puntualizó que una superpotencia democrática como Estados Unidos, si bien tiene como todos los países "el derecho de proteger sus fronteras y su legislación", debe "estar abierto al bien común general, respetando los derechos humanos de los migrantes, sean legales o no".Monseñor Marchetto señaló que en la decisión del presidente de Estados Unidos "han influido también aspectos de la política interna", aludiendo a las elecciones legislativas de principios de este mes, en las que George W. Bush sufrió una resonante derrota. El anuncio de la construcción del muro, según muchos observadores, fue un instrumento de la campaña electoral del presidente para evitar el triunfo de los demócratas.Marchetto afirmó que "las realidades políticas también cambian". Como el cardenal Martino. también expresó su esperanza de que la nueva mayoría demócrata en el Congreso norteamericano "decida salvar los principios de la convivencia civil, así como la vida y los derechos humanos de quienes ingresan en el territorio de Estados Unidos".

NOTA DE P. DE H: Bien por el Vaticano que da muestras al centro del poder mundial de cómo se defienden realmente los derechos humanos. El país de la libertad construye un muro de "Berlín III". En tanto su aliado en Medio Oriente, y víctima de los nazis, demostraron ser buenos alumnos de sus victimarios, y construyeron un "Muro de Berlín II" en territorio palestino.

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