ANOOP SINGH, DIRECTOR DEL HEMISFERIO OCCIDENTAL
Vino a presentar un informe sobre el futuro de la economía regional y local.
En medio de un total hermetismo, aterrizó ayer en Buenos Aires un enviado del Fondo Monetario Internacional. Se trata de un viejo conocido de la Argentina, el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Anoop Singh.
Aunque la visita se mantiene en secreto, su llegada al país obedece a cuestiones casi formales: la presentación del Informe Económico Regional, que contiene las proyecciones sobre el comportamiento de la economía de América Latina.
Singh es de origen indio y se hizo famoso en Buenos Aires por su parecido físico con el actor británico Peter Sellers. Tuvo activa participación en las negociaciones entre la Argentina y el FMI en la etapa posterior a la crisis de 2001. Su rol fue de auditor y reemplazó en esa tarea a la italiana Teresa Ter Minassián, quien también visitó Argentina el mes pasado y mantuvo un perfil extremadamente discreto.
El funcionario del FMI almorzó ayer en el Banco Central. Al encuentro también estuvieron invitados varios economistas y consultores privados, ante quienes expuso algunos de sus puntos de vista sobre la economía regional y la local. Todos los presentes se juramentaron absoluto silencio sobre lo que allí se habló.
Igual, Singh viene de hacer una presentación similar en Brasil el viernes pasado. Incluso ofreció una conferencia de prensa donde habló hasta de Cristina Kirchner: "Vamos a ayudar (a la presidenta electa) para que continúe e implemente las políticas económicas necesarias. Argentina pasó por una crisis terrible, pero redujo la tasa de pobreza de manera considerable".
En realidad, la escala brasileña no fue más que parte de la gira de difusión del informe, que el FMI realiza entre los países de la región que son socios del organismo y tienen sus cuotas al día. Es el caso de la Argentina, que sigue perteneciendo a ese club a pesar de que ya canceló su deuda y no tiene un programa vigente.
El secreto que rodea su viaje fue consensuado con el Gobierno, que tiene pocas ganas de darle recibimiento oficial.
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