(Clarin, 31 de julio del 2008).
Ehud Olmert dijo que se irá en setiembre, en medio de denuncias en su contra. Y que no se presentará en las internas de su partido. Es una estrategia para evitar que haya comicios nacionales anticipados, en los que la derecha es favorita.
Acosado por la Justicia, la impopularidad en las encuestas y la indisciplina sde sus diputados en la Knesset (Parlamento), el líder israelí, Ehud Olmert, anunció anoche que renunciará a su cargo como primer ministro una vez efectuadas las próximas elecciones internas, en las que no se postulará como titular de su partido, Kadima. La intención es permitir a su sucesor formar una nueva coalición de gobierno, sin que haya necesidad de llamar a comicios generales en los que, según los sondeos, la derecha aparece como favorita.
"He venido a decir sólo un poco de lo que me carcome hace ya muchos meses. Cuando sea elegido un nuevo titular en el partido renunciaré a mi cargo como primer ministro para permitir al nuevo titular formar un nuevo gobierno rápida y eficientemente", dijo Olmert en el punto más dramático de su discurso. También anunció que continuaría luchando por demostrar su inocencia en distintos cargos por supuesta corrupción.
Las elecciones en Kadima fueron convocadas para el 17 de setiembre próximo en su primera ronda. Si hay balotaje, será el 24 del mismo mes. La última fecha para presentar candidaturas es el 24 de agosto, plazo en el que se cierran los padrones partidarios.
En caso de renuncia del premier, su sucesor tiene 49 días para formar nueva coalición sin necesidad de llamar a elecciones. Si no lo logra, se llama a elecciones generales para tres meses después. Olmert pasaría a desempeñarse como primer ministro interino, a menos que decida autosuspenderse. La favorita a suceder a Olmert en Kadima es la canciller Tzipi Livni, a la que siguen el ministro de Transporte y ex comandante en jefe del Ejército Shaúl Mofaz, y el ministro del Interior, Meir Shitrit. A nivel nacional, sin embargo, el candidato que lleva la delantera en las intenciones de voto es el ex premier y líder del Likud en la oposición, Benjamin Netanyahu.
Estados Unidos aseguró que seguirá trabajando por un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos de aquí a fin de año "con cualquier funcionario israelí en el gobierno". La misma idea fue expresada por la Autoridad Nacional Palestina, que consideró un "asunto interno" la dimisión del premier.
En su discurso, Olmert enumeró los éxitos de su gobierno, tanto en el ámbito socioeconómico como en el político-militar. "Nuestra situación en la frontera norte es mejor que antes de la guerra", aseguró, y se jactó de haber bajado el índice de desocupación, de más de un 10% hace tres años, a poco más del 6%. "Pero más allá de todo ello, sigo creyendo con todo mi ser que la consecución de la paz, el cese del terrorismo, el fortalecimiento de la seguridad, la creación de relaciones diferentes con nuestros vecinos, son metas vitales para el futuro del Estado de Israel", dijo, para luego pasar revista a los avances en los frentes palestino y sirio de las negociaciones de paz.
Olmert se quejó de que, a pesar de todos sus logros, "me vi obligado a defenderme de incesantes ataques de justicieros autonombrados que me injuriaron y quisieron derribarme por todos los medios". Enfatizó: "Tengo respuestas, y buenas, para todas las acusaciones en mi contra."
El anuncio del premier israelí llega al cabo de una jornada de derrotas en serie de su coalición en las votaciones en la Knesset, en las que los propios diputados oficialistas dieron muestra del debilitamiento de la disciplina parlamentaria. La oposición logró hacer aprobar dos propuestas de un altísimo costo presupuestario, una de ellas para alargar la licencia por maternidad. "Así no se puede manejar un país", dicen sus colaboradores que lo escucharon decir.
Los últimos meses de la vida política de Olmert vienen estando saturados de investigaciones policiales sobre sospechas de corrupción en la que habría estado involucrado durante diversas etapas de su carrera. La última y más resonante es conocida como el "caso de los sobres de dinero", en el que un empresario judeo-norteamericano le entregó sobres con decenas de miles de dólares en efectivo, sin que quede claro aún si fue para uso personal o partidario, ni si el empresario recibió algún favor a cambio, lo que lo convertiría en claro sospechoso de soborno.
En las reacciones de la clase política, el ministro de Defensa, Ehud Barak, que actuó como catalizador de la medida, elogió la decisión como "correcta y digna". "La decisión del premier es valiente, y demuestra que, a pesar de sus problemas personales, ve ante sí el bien del país", dijo.
En el centroderechista Likud reclamaron elecciones, luego de las cuales el titular partidario, Netanyahu, aspirará a formar un gobierno de unidad nacional. "No importa quién lidere Kadima, todos son parte de un gobierno que ha fracasado de modo rotundo en el manejo del país", dijeron en un comunicado.
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