(Clarin, 15 de julio del 2008).
El oficialismo convocó al Congreso y el campo, junto a la oposición, a Palermo. Esperan multitudes. De esta manera cada sector intenta impactar sobre los senadores que votan mañana, miércoles.
A 24 horas del decisivo debate por las retenciones móviles en el Senado, el kirchnerismo y el campo medirán sus fuerzas hoy con dos actos masivos que alborotarán como pocas veces la vida cotidiana de Buenos Aires. Los oficialistas se agruparán frente al Congreso para escuchar al ex presidente Néstor Kirchner. Los productores, con apoyo de un vasto arco opositor, llegarán de todo el país para reunirse en Palermo. Unas 50 cuadras separan ambos puntos de la ciudad. Pero tras cuatro meses de conflicto, la distancia parece mucho mayor.
La Comisión de Enlace de entidades del agro anunció ayer que retrasaría 90 minutos el inicio de su manifestación. En el Monumento a los Españoles, en el cruce de las avenidas Del Libertador y Sarmiento, los discursos comenzarán a las 16.30 y no a las 15, como se había anunciado originalmente. La explicación fue que así se intentaba evitar una confrontación con las huestes oficialistas. No bien supo de las coordenadas del acto del campo, Kirchner --en su carácter de titular del PJ-- convocó a un contraacto en la Plaza del Congreso, el mismo día, a la misma hora. Quedó claro que ambos sectores no se disputan sólo la presencia en las calles sino también las transmisiones televisivas. Anoche se especulaba en el Gobierno con retrasar también el horario de la arenga del ex presidente.
En la Casa Rosada confiaban en reunir no menos de 60.000 personas. Como es costumbre, aportarán las columnas más gruesas los sindicatos de la CGT de Hugo Moyano, los intendentes del conurbano, gobernadores del PJ y el radicalismo K, y movimientos sociales y de derechos humanos. La CGT decretó un cese de actividades desde el mediodía, para alentar la participación de trabajadores. Luego del multitudinario acto que el 20 de junio realizaran en Rosario, la convocatoria de los ruralistas era anoche un misterio. Desde las provincias pampeanas llegaban noticias alentadoras: Córdoba movilizaría unas 30.000 personas; Entre Ríos, unas 20.000; Santa Fe otro tanto; llegarán columnas de lugares alejados, como Mendoza y Salta. El resultado de esa suma, sin embargo, era desconocido. Faltaba saber cuántos porteños se sumarán a la protesta. Lograr el acompañamiento de la clase media que reniega del kirchnerismo era la gran apuesta.
Se descuenta el fuerte tono crítico que tendrá este acto. Aunque las organizaciones rurales dominarán el escenario, entre el público se mezclarán militantes y los principales dirigentes de la oposición. Los habrá de la Coalición Cívica, del peronismo anti K, del PRO, de la UCR, de partidos de izquierda como el MST. Junto a los chacareros de la Federación Agraria marcharán los piqueteros de la CCC y el MTV Disidente. A este variopinto se sumaron ayer columnas sindicales: la CGT disidente del gastronómico Luis Barrionuevo anunció su adhesión. "Retenciones es igual a menos producción, a menos recaudación y a menos redistribución", dirá un gran letrero en el escenario del campo, como para recordar que el aumento de ese tributo sigue siendo el eje de su protesta. Desde allí hablarán los dirigentes de las cuatro entidades y el entrerriano Alfredo De Angeli. Eduardo Buzzi, titular de la FAA, cedió el último lugar en los discursos a su par de CRA, Mario Llambías.
El kircherismo convocó a su tropa a defender la democracia y el gobierno de Cristina Kirchner --quien no participa del acto--, ya que vislumbra que detrás de la protesta agraria se esconde en realidad una intentona desestabilizante. El jefe del PJ, el fin de semana, insistió sobre esa hipótesis, que es desmentida a coro por los dirigentes agropecuarios.
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