(Clarin, 15 de julio del 2008).
El grupo inversor y el Gobierno todavía no lograron acordar el precio de la compañía. Por: Luis Ceriotto
La negociación entre el Gobierno y los dueños españoles de Aerolíneas quedó anoche en un compás de espera, frente a la falta de acuerdo de las dos partes sobre cuál es la deuda de la compañía y, por lo tanto, la base misma de la discusión. Las conversaciones entre bambalinas la lleva la Secretaría de Transportes, en nombre del Gobierno, y dos funcionarios de Aerolíneas, Horario Fargosi y Vicente Muñoz, en nombre de Marsans. Son los mismos protagonistas que, junto a cuatro representantes de gremios aeronáuticos, se verán las caras hoy en el despacho del juez en lo Comercial Jorge Sícoli.
La reunión es a las 10, y las partes llegarán sin haber consensuado en privado un acuerdo, a pesar de las expectativas en ese sentido que se tejieron durante todo el fin de semana.
El propio Jaime dio claros indicios de que decidió apretar el botón de pausa. Ayer por la mañana no se reunió finalmente con Fargosi y Muñoz, quienes permanecieron en la sede de Aerolíneas, sobre la calle Bouchard. Jaime optó por dedicar la mañana a dar reportajes por radio, en los que manifestó que la reestatización de Aerolíneas no será --dijo-- al estilo de la que Chávez concretó con Sidor en Venezuela.
Jaime puso especial énfasis en determinar que la deuda de Aerolíneas y Austral es de casi 900 millones de dólares y que la compañía está al borde de la cesación de pagos. "En el juzgado (de Sícoli) hay una audiencia para aportar los elementos necesarios para que quede claro la deuda de ambas empresas", dijo el funcionario, quien agregó que la deuda conjunta de Aerolíneas y Austral es de 890 millones de dólares, de los cuales US$ 150 corresponden a Austral y el resto, a Aerolíneas. Dijo que son "exigibles" (con vencimiento inmediato) 240 millones de dólares. Pero puntualizó que la compañía ya estaría en bancarrota si la semana pasada no se hubiera destinado desde el Gobierno una partida de 50 millones de pesos para pagar sueldos, combustible, cuotas de alquiler de aviones y --se supo ayer-- también la compra de algunos repuestos.
"Si el Estado no se hubiera hecho cargo de los sueldos, lo exigible hoy serían los 900 millones de dólares, porque la compañía no estaría volando", dijo el Secretario de Transportes, que por la tarde estuvo en la Casa Rosada.
En Madrid, voceros de Marsans le confirmaron al corresponsal de Clarín su decisión de salir de la compañía y tenían la expectativa de llegar rápido a un acuerdo (ver página 11). Esa misma idea había en las oficinas de Aerolíneas, en Buenos Aires: esperaban un pronunciamiento del Gobierno sobre una administración conjunta de 60 días, un acuerdo de venta de las acciones de Marsans en Aerolíneas (94,41% del paquete) y Austral (97%) y un esquema de trabajo en común. Pero el acuerdo finalmente no se firmó.
La audiencia de hoy, en Callao al 600, fue pedida por el propio Jaime la semana pasada. El juez Sícoli está a cargo del concurso de Aerolíneas (no así de Austral, que nunca se concursó) y el Gobierno le reclamó que "garantice" la continuidad operativa de la empresa.
Sícoli no designó a un co-administrador judicial, como pretendía el Gobierno, sino que convocó a una audiencia para determinar el estado de la deuda pos-concursal de Aerolíneas, el pasivo fiscal y previsional y los cumplimientos de los cronogramas de vuelos de los últimos 45 días. Además, estarán presentes representantes de cuatro gremios que acompañaron la denuncia: los pilotos de Aerolíneas (APLA), personal de tierra (APA), aeronavegantes (AAA) y personal superior (UPSA).
NOTA DE P DE H: Sería deseable y sin lugar a dudas, conveniente en lo estrategico, la renacionalización de la aerolínea de bandera. Ojalá el gobierno se anime a dar ese paso, y sea el primero, para después ir por la nacionalización del petróleo, ferrocarriles, puertos, etc.
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