viernes, marzo 30, 2007

El Senado le puso fecha límite a las tropas en Irak

(Clarin, 30 de marzo del 2007).

La tensión entre la Casa Blanca y el Capitolio dominado por la oposición demócrata ascendió ayer un nuevo peldaño cuando el Senado dio media sanción a su proyecto de financiamiento de emergencia para la guerra en Irak y Afganistán por US$ 122 mil millones, pero indicando que el repliegue de las tropas debería comenzar dentro de 4 meses y finalizar el 31 de marzo de 2008.

La norma es similar a la aprobada la semana pasada por la Cámara Baja, aunque los diputados otorgaron US$ 2 mil millones más y establecieron como fecha límite para la presencia militar en Irak el 31 de agosto del año próximo. Ahora, ambas cámaras deberán conciliar sus proyectos y el acuerdo podría demorarse al menos hasta el 16 de abril, cuando los legisladores regresen de un receso de dos semanas.

Pero el presidente George Bush está rabioso. Pretende con urgencia una ley que otorgue el dinero para las tropas sin ninguna condición. "Vetaré cualquier proyecto de ley que imponga restricciones a nuestros comandantes en Irak", repitió ayer tras recibir en la Casa Blanca a unos 150 diputados republicanos que fueron a manifestarle su apoyo.

Los demócratas trataron de calmar las aguas. En una carta firmada por líderes del Senado y de Diputados, Harry Reid y Nancy Pelosi, le ofrecieron al presidente trabajar en una solución. Aunque le advirtieron que "sus amenazas de vetar una ley que ni siquiera se le ha presentado indican que puede ser que usted no esté dispuesto a trabajar con nosotros".

"Si el presidente veta la ley, será él quien estará negando los fondos para las tropas", advirtió Reid un rato más tarde. Los demócratas tratan de marcarle la cancha a Bush pero saben que no les sobra gas. Sus proyectos pasaron con lo justo, tanto en el Senado (51 a 47) como en Diputados (218 votos, apenas la mitad más uno). Necesitarían alcanzar los dos tercios en el Congreso para torcer un veto presidencial. Y eso suena a misión imposible.

Para la Casa Blanca, la disputa sobre la guerra en Irak, es uno de varios frentes abiertos. Ayer, el secretario de Justicia y hombre de estrecha confianza de Bush, Alberto Gonzales, en la cornisa por el despido de 8 fiscales, recibió otro empujoncito al abismo de parte de su ex jefe de gabinete, que lo acusó en una audiencia en el Congreso de estar involucrado en las destituciones.

Con todo, el presidente trata de no perder el humor. En la noche del miércoles, en la cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca en la que tradicionalmente el presidente se ríe de sí mismo, Bush ironizó en su discurso: "Se acuerdan un año atrás, cuando mi porcentaje de aprobación (en las encuestas) estaba en los 30 (puntos), mi nominada para la Corte Suprema recién había renunciado, y mi vicepresidente le había disparado a alguien... Aquellos eran los buenos viejos tiempos".


NOTA DE P. DE H: La puja que vive el gobierno de Bush demuestra que la sinarquí internacional no esta en absoluto exenta de tensiones internas (como bien enseñó Alberto Buela). Si sinarquía es confluencia de poderes, y de hecho, la mayoría de las veces contrapuestos, esta es una cabal demostración.

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