(Clarin, 3 de febrero del 2007).
Nada lo detiene. Mientras crece la oposición popular a la guerra en Irak, George Bush se muestra inconmovible en su aventura militar. El próximo lunes, la Casa Blanca enviará al Congreso un pedido de casi 100 mil millones de dólares adicionales para el presupuesto de guerra 2007 y otros 145 mil millones para el año fiscal 2008.
De ser aprobados, los cerca de 170 mil millones que terminará costando la campaña 2007 en Irak y Afganistán marcarán un nuevo récord anual para el gasto de guerra de Estados Unidos. Sirva un dato como simple referencia: la cifra cuadruplica el presupuesto total del Estado argentino.
Pero además, si se comparan los 70 mil millones que se habían estimado para este año con los 93.400 millones extras que se solicitan ahora, se observa la magnitud del desfase entre el optimismo de hace unos meses y el crudo escenario que enfrenta hoy la Casa Blanca en Oriente Medio.
El nuevo pedido presupuestario se conoció al mismo tiempo que un estudio de la inteligencia estadounidense que pinta un sombrío panorama para el futuro iraquí. "A menos que los esfuerzos para revertir las actuales condiciones muestren un progreso notable durante los próximos 12 a 18 meses, estimamos que la seguridad continuará deteriorándose", concluye el informe preparado por los expertos de las 16 agencias de inteligencia estadounidenses.
El reporte afirma que la expresión "guerra civil" —esquivada por la Casa Blanca— "describe acertadamente elementos claves del conflicto iraquí" y subraya que las autoridades y las fuerzas de seguridad iraquíes serán "presionadas duramente" para incrementar sus responsabilidades y avanzar hacia una reconciliación nacional.
Tanto el gobierno como la oposición demócrata aprovecharon el informe para llevar agua para su molino. El asesor de Seguridad Nacional Stephen Hadley destacó el párrafo que asegura que las fuerzas de la coalición "continúan siendo un elemento esencial de estabilización en Irak" y que "una retirada veloz seguramente conducirá a un incremento del conflicto". "Esta información fue tenida en cuenta y explica la nueva estrategia del presidente", afirmó Hadley, en referencia a la decisión de Bush de enviar 21.500 soldados más.
El líder demócrata del Senado, Harry Reid, calificó al reporte como "el último de una larga fila de oscuras evaluaciones de expertos militares y en política exterior que señalan que el plan del presidente es defectuoso y fallido".
Pero la escalada bélica propuesta por Bush podrá avanzar mientras la oposición mayoritaria que hoy enfrenta en el Congreso siga sin ponerse de acuerdo en cómo enfrentarla. Ayer, en una conferencia del Partido Demócrata hubo contrastes evidentes entre los principales precandidatos para 2008. Hillary Clinton, que votó a favor de la invasión a Irak, afirmó que "si hubiese sido presidente, no habría iniciado esta guerra". Barack Obama remarcó que se opuso con su voto desde un principio. Y el ex senador John Edwards reclamó a ambos que usen sus bancas para bloquearle a Bush el presupuesto de guerra. Pero Hillary y Obama, como la mayoría del Congreso, sólo están dispuestos a aprobar la semana próxima una resolución no vinculante de repudio al plan presidencial.
NOTA DE P. DE H: El imperio anglo-sionista-norteamericano, no detiene su ofensiva y su escalada militar. En esta guerra de conquista por los recursos del suelo de M Oriente se ve claramente la intencionalidad hegemónica de los "amos del mundo". Es probable que su desmedida ambición, empuje a la humanidad al desastre final, o cuando menos, a un cambio absoluto del modelo y estilo de vida al que estamos acostumbrados hasta hoy.
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