lunes, abril 09, 2007

En la Pascua, el Papa lamentó "la continua matanza" en Irak

(Clar{in, 9 de abril del 2007).

En la Pascua, el Papa lamentó "la continua matanza" en Irak


Fue en su tradicional homilía en San Pedro. Ante 50.000 feligreses, Benedicto XVI dijo que en Oriente Medio "no surge nada positivo" pese a algunos gestos auspiciosos. Y que le preocupa la crisis afgana.


En una dura condena hacia la violencia en su mensaje de Pascua, el papa Benedicto XVI criticó ayer el sufrimiento en el mundo, lamentó la "continua matanza" que se vive en Irak y expresó su temor por la inestabilidad en Afganistán.

"En Oriente Medio, más allá de algunos signos de esperanza en el diálogo entre Israel y la Autoridad Palestina, no surge nada positivo desde Irak, destruido por una continua matanza mientras la población civil huye", manifestó el Pontífice en uno de los párrafos medulares de su habitual homilía papal ante más de 50.000 feligreses que lo escuchaban devotamente en San Pedro. "Afganistán está sumido en la inestabilidad y el caos", agregó.

En su tradicional discurso Urbi et Orbi de Pascua desde el balcón central de la Basílica, el Pontífice señaló :"¡Cuántas heridas, cuánto sufrimiento existe en el mundo!". El mensaje de Benedicto XVI fue transmitido por cien emisoras de TV, en directo, a más de 60 países, y su saludo pascual lo pronunció en 62 idiomas, entre ellas chino, árabe, hebreo, esperanto, latín y arameo (la lengua en que hablaba Jesús).

Antes de su mensaje al mundo, el vicario de Cristo había celebrado la misa del Domingo de Resurrección en las escalinatas de la Basílica de San Pedro, decoradas con flores para la ocasión. Mientras las voces de un coro de niños se escuchaban en toda la plaza, el Papa —vestido con una túnica dorada— sujetó un crucifijo de plata mientras los clérigos quemaban incienso en las escalinatas.

El Pontífice inició la misa de tres horas de duración al bendecir un gran cirio blanco, que llevó luego por el pasillo principal de la basílica en penumbras, en medio de cantos en latín. Poco a poco, el recinto se empezó a iluminar, mientras su flama era ofrecida a los fieles que esperaban con sus propias velas, hasta que su luz llenó la iglesia.

Durante la misa, Benedicto XVI bautizó a ocho personas como parte de la renovación que se relaciona con la Pascua. La zona del altar lució con tulipanes rojos, lirios anaranjados y otras flores traídas de Holanda.

Al denunciar las numerosas "heridas" que el mundo padece en la actualidad, Benedicto XVI enumeró entre ellas al "terrorismo y los secuestros de persona", los "mil rostros de la violencia, a veces justificada en nombre de la religión", el "desprecio de la vida", la "violación de los derechos humanos", el "flagelo del hambre y las enfermedades".

"Cuántas heridas, cuánto dolor en el mundo. Son males que ponen a dura prueba incluso la fe, sobre todo cuando se abaten sobre los inocentes", afirmó el Pontífice en su mensaje. En ese sentido, el Papa citó a Santo Tomás, cuya fe renació en contacto con las heridas de Jesús resucitado. "Solo un Dios que nos ama hasta el extremo de tomar sobre sí nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el inocente, es digno de fe", explicó Benedicto XVI antes de hacer una larga lista de las tragedias del mundo contemporáneo.

El Pontífice enumeró desde las calamidades naturales a las crisis africanas y asiáticas, con menciones específicas a Israel, la Autoridad Palestina, Irak y Líbano. Distinguió lo que llamó la "situación humanitaria catastrófica de Darfur y de otros lugares africanos que sufren, incluyendo la violencia y saqueos en el Congo, los enfrentamientos en Somalia, y la "grave crisis" de Zimbabue.

La Iglesia considera que el período entre el Viernes Santo, que marca la crucifixión de Cristo, y el Domingo de Resurrección, cuando los cristianos celebran su regreso a la vida, es el más importante de las vigilias.

Benedicto XVI, quien cumplirá 80 años este mes, pareció cansado al final de la misa. El Viernes Santo, el Pontífice presidió dos ceremonias públicas, una misa y luego la procesión del Vía Crucis, en el Coliseo, para marcar el sufrimiento y muerte de Jesús.

El Papa viajará ahora a la residencia de descanso papal de Castel Gandolfo, en las colinas del sur de Roma, donde pasará unos días. A su regreso a Roma, tendrá otras dos importantes actividades: su cumpleaños número 80 el 16 de abril y el segundo aniversario de su elección como Papa tres días después

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