(Clarín, 16 de abril del 2007).
ENCUENTRO CONVOCADO POR LA PASTORAL SOCIAL Y ORGANISMOS LATINOAMERICANOS
Obispos y sindicalistas, en un retiro contra la exclusión
Estuvieron dos días reunidos para discutir cómo aportar desde la doctrina social católica.
Ni la Iglesia quiere descuidar su relación con el sindicalismo ni la mayoría de los dirigentes gremiales —que abreva en el cristianismo— quieren descuidar sus vínculos con el clero. La crítica al neoliberalismo que fraguó el Episcopado en los 90 frente a una desocupación récord se convirtió en una razón más para fortalecer la relación. Por eso, un grupo de obispos y sindicalistas acaban de pasar dos días encerrados discutiendo cómo contribuir desde la doctrina social católica a la lucha contra la exclusión y la inequidad.
El dato político no es menor si se tiene en cuenta que la propia Iglesia acaba de admitir que sectores gremiales enrolados en la izquierda rechazan que ésta medie en los serios conflictos sociales que se suscitaron en varias provincias, sobre todo en Neuquén. "Los obispos estamos dispuestos a colaborar con un diálogo, pero hay sectores políticos y sindicales que no quieren que la Iglesia intervenga", dijo uno de los vicepresidentes del Episcopado, Agustín Radrizzani.
En el arranque del encuentro, el presidente de la Pastoral Social, Jorge Casaretto, dejó en claro que la superación de los problemas sociales no vendrán por el lado de "una respuesta economicista ni del lado de subsidios sin contraprestación". Insistió que el dinero en ayuda social debe fomentar cambios culturales que permitan una inserción laboral. "Para que una sociedad sea inclusiva —dijo— debe desarrollarse el capital, lo que supone más educación y valores espirituales".
El titular de los porteros, Víctor Santa María, fue muy duro con las políticas neoliberales que, a su juicio, se convirtieron en una suerte de religión de muchos economistas. Entonces, el laico Guillermo García Caliendo, ex secretario de la Pastoral Social, preguntó por qué las críticas de la Iglesia no lograron revertir esas políticas que derivaron en la crisis. Casaretto respondió: "Los obispos no manejamos la historia, ni queremos hacerlo" porque ése es terreno de los laicos.
No faltó una autocrítica del obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, al hablar de una falta de reacción en bloque a las políticas deshumanizantes. A su turno, el secretario general del SADOP (docentes privados), Horacio Ghilini, subrayó la importancia del diálogo entre obispos y laicos que actúan en el campo político y social para logran una interacción, cada uno desde su competencia.
El encuentro fue convocado por la Pastoral Social; el departamento Constructores de la Sociedad del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y el Instituto Pedagógico Latinoamericano y del Caribe. Las reflexiones fueron un aporte a la V Conferencia de Obispos de América latina, que el Papa Benedicto XVI inaugurará en Brasil el mes que viene.
NOTA DE P DE H: Saludamos esta iniciativa que encuentra reunidos a la Iglesia Católica con representantes del sindicalismo. Es hora que la Iglesia se de cuenta que la Doctrina Social de la Iglesia fue y es uno de los principales fundamentos doctrinarios del peronismo, y por ende del sindicalismo argentino. Nada se gana con estúpidos enfrentamientos que lo único que hacen es hacerle el juego a los comunistas, liberales y masones de toda laya.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario