El Cuerpo Médico Forense toma pruebas de material genético de los restos del ex presidente en el cementerio de la Chacarita. Es en el marco del juicio que lleva a cabo Martha Holgado, quien asegura ser su hija. El martes trasladan el cuerpo a la histórica quinta de San Vicente.
Peritos antropólogos del Cuerpo Médico Forense realizaban esta mañana en el cementerio de la Chacarita la extracción de muestras de ADN del cadáver de Juan Domingo Perón. El trámite, que se desarrolla en medio de importantes medidas de seguridad, fue ordenado por la Justicia para determinar si Martha Holgado es la hija biológica del ex presidente, tal como afirma ella desde hace 13 años.
El ataúd con el cadáver de Perón se encuentra en el primer subsuelo de la bóveda familiar, detrás del blindex que se colocó en 1987 cuando desconocidos lo violaron, abrieron el cajón y cortaron las manos del cuerpo, hecho sobre cuyos responsables todavía no hay un sólo indicio. Se encontraba en el lugar el escribano general de la Nación, Natalio Etchegaray, quien entregó a los representantes de la jueza en lo civil Martha Ilundain la llave de la bóveda. En calidad de testigos estaban el sobrino nieto de Perón, Alejandro Rodríguez Perón, y el hijo de Martha Holgado, además de un oficial fiscalizador. Ese trámite precede al traslado de los restos de Perón a la histórica quinta San Vicente, que se realizará el martes próximo. Una vez finalizada la extracción de material genético, la jueza levantaría la medida de no innovar, motivada por el reclamo de Holgado, que impedía el traslado. El cuerpo médico forense enviará las muestras a la doctora Rosario Sotelo Lagos, quien liderará un grupo integrado por cuatro especialistas auxiliares que la secundarán. Ese material se dividirá en tres fragmentos: uno de ellos se destinará a la morgue judicial, y los otros dos serán remitidos a las partes, es decir a Holgado y a María Estela Martínez de Perón, quien hasta ahora se había opuesto al examen.
NOTA DE P. DE H: General, el egoísmo de los enanos vulneran su descanso eterno. Delincuentes necrófilos, profanaron su cuerpo. Cortaron sus manos. Las mismas que llevaron adelante los días más felices del pueblo argentino. Por leal con su pueblo, y argentino bien nacido, las fuerzas de la antipatria le derrocaron. No conformes con su ignominia, lo condenaron a 18 años de exilio. Lejos de su Patria, atentaron contra su vida. Prohibieron pronunciar su nombre. Pretendieron borrar su recuerdo, su doctrina y su obra.
No conformes con tantas aberraciones, ahora someten su mal tratado cuerpo a la desmedida ambición de farsantes que persiguen intereses inconfesables.
General: ¡Mis manos son sus manos! Su obra es nuestro ejemplo, y su doctrina nuestra guía.
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