jueves, octubre 19, 2006

Funcionarios y gremialistas que intentan desesperadamente salvar el pellejo

(Clarin, 19 de octubre del 2006).

Una cosa ha quedado clara. Cuando todavía no pasaron 48 horas desde los incidentes ocurridos en San Vicente, nadie quiere hacerse cargo de los costos por los tiros, los piedrazos y los heridos que transformaron la fiesta que debió ser el homenaje a Perón en un gran escándalo al que le faltó muy poco para convertirse en tragedia.

Hugo Moyano. Sin dudas es el mayor perjudicado por la violencia del 17 de octubre. El autor de los disparos era empleado de su gremio, chofer de su hijo —Pablo Moyano— y hombre de confianza de la familia. Tan debilitado aparece en estas horas que sus colegas de la CGT comenzaron una ofensiva para desplazarlo de la titularidad y ya le buscan reemplazante.

Néstor Kirchner. El Presidente salió rápido a despegarse del conflicto. Aprovechó el acto de ayer en José C. Paz para mostrar que sus métodos son diferentes de los que mostraron los gremialistas. Pero teme que su alianza con Hugo Moyano le haga perder puntos. Por eso, algunos de sus colaboradores intentan despegarlo del camionero, mientras otros prefieren adjudicarle la responsabilidad de la violencia a Eduardo Duhalde.

Felipe Solá. El gobernador quedó atrapado porque los incidentes se produjeron en el distrito que gobierna, y porque aceptó un acuerdo con la CGT para que la Policía Bonaerense no participara del operativo de seguridad dentro de la Quinta de San Vicente. En su discurso de ayer, en José C Paz, criticó los métodos patoteriles en un mensaje a los sindicalistas que pareció dirigido especialmente a Hugo Moyano.

Eduardo Duhalde. Aunque el martes sólo participó del acto en la CGT y no estuvo en San Vicente, desde el kirchnerismo le adjudican responsabilidad porque el anfitrión del homenaje era Antonio Arcuri, un dirigente duhaldista, y por una supuesta afinidad con algunos sectores del gremio de la construcción que participaron de los incidentes.Los otros gremios.

El sindicato de la Construcción (UOCRA), que lidera Gerardo Martínez, también tuvo gran responsabilidad en la violencia del martes. De todos modos, los disparos del chofer de los Moyano licuaron su protagonismo y Martínez integra el grupo de sindicalistas que busca desplazar al camionero de la conducción de la CGT.

NOTA DE P. DE H: Como una paradoja del destino, el Gral Perón vuelve a darnos la posiblidad de una solución a nuestros problemas; en este caso, a la interna dentro del movimiento. A raíz de lo producido en S. Vicente se presenta una oportunidad inmejorable de liberar al peronismo de varios impresentables y de infiltrados que solo buscan usar la estructura partidaria, y el amor colectivo del pueblo por la figura de Perón, para encaramarse en el poder. Todos miran para otro lado y buscan deslindar responsabilidades. La más "graciosa y caradura", es la teoría del "complot" que dispararon Moyano y sus aliados, y que ayer ratificó Kirchner, queriendo vincular a Duhalde con los hechos del 17. Increíble.

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