(Clarin, 21 de septiembre del 2006)
EL FRENTE EXTERNO : DESAYUNO CON EMPRESARIOS NORTEAMERICANOS Y ARGENTINOS
Hizo sonar la campana con que larga la rueda de acciones de la Bolsa de Nueva York. "Este acto representa el retorno de la Argentina al lugar en el mundo que nunca debió haber abandonado", dijo
En el sur todavía se cuenta que Kirchner convivió durante años con cierta compulsión por el juego de ruleta. Cuando hace tiempo parece haberla abandonado, el Presidente no pudo resistirse ante los oídos de John Thain, el CEO del New York Stok Exchange (NYSE), unos segundos antes de hacer sonar la campana del inicio de sesiones, ayer, en la bolsa de de Nueva York. "Créame —le anticipó—. Hoy abre en alza".La Bolsa no solo abrió a la suba: el índice Dow Jones se acercó al máximo histórico en el cierre, a raíz de la baja del crudo y la decisión de la Reserva Federal de mantener sin cambios la tasa de interés. Razones que en nada tienen que ver con el azar. ¿O sí?El Presidente Kirchner tuvo ayer su ceremonia de recepción en el principal centro de las finanzas internacionales, donde parecen haber olvidado su costado rebelde. Nada mejor que el Wall Street Journal para explicar esto: ayer se despachó con un editorial que, aunque cuestiona a Kirchner como "el señor anti-mercado", dedica una fuerte ironía a "los chicos del NYSE ("la Bolsa") por la decisión de haberle abierto las puertas.Como sea, Kirchner obtuvo ayer en Wall Street lo que ni siquiera Carlos Menem pudo. A las 9, debajo de una enorme bandera de los Estados Unidos, el Presidente tocó la campana de la Bolsa, The Opening Bell y dio comienzo a las operaciones. Lo acompañaba su esposa, la senadora Cristina Kirchner y el mencionado John Thain."Tenemos el privilegio de recibir al presidente Kirchner y su delegación. Agradecemos su visita y esperamos agregar otra compañía argentina a nuestra familia", dijo Thain, recogió la página de Internet del NYSE. Son 11 la empresas argentinas que operan hasta hoy aquí: una de ellas, Techint, que cotiza a través de Tenaris, estuvo representada por su titular, Paolo Rocca, quien acompañó luego al Presidente en una breve recorrida por el recinto.El Presidente se veía encantado en medio de los brockers: preguntó sobre las operaciones, los precios y el volumen de negocios y hasta el método de elección del presidente de la Bolsa, diferente de la de Buenos Aires. Respondió a una consulta breve de un canal de finanzas. Muchos tienen aquí sus estudios permanentes. Kirchner había llegado pasadas las 8 a Wall Street, donde compartió un desayuno con Thain, la presidenta de la Bolsa, Catherine Kinney, un grupo de empresarios norteamericanos con intereses en la Argentina, y dos empresarios argentinos amigos, Rocca y Jorge Brito, de Banco Macro. Las empresas norteamericanas presentes: Exxon, Occidental Petroleum, AES, Lockheed, Cargill y Eaton Park.Frente a ellos, el Presidente concretó uno de los objetivos de este viaje: intentar acercar más inversiones para el país. E hizo en privado una declaración de principios, aunque correspondería decir una reafirmación. "Agradecemos el gesto de habernos invitado. Este acto representa el retorno de la Argentina al lugar en el mundo que nunca debió haber abandonado", dijo Kirchner antes de repasar los números de la recuperación económica, una tarea a la que se entrega con pasión. "Me llaman heterodoxo y pragmático, pero pudimos salir del default y reconstruir la estabilidad y la previsibilidad. El superávit fiscal, el desendeudamiento y el desarrollo económico y humano son pilares que ya no vamos a abandonar en la Argentina". Como respuesta, escuchó la voluntad de invertir en la Argentina expresada por algunos de los hombres de negocios presentes.Lo acompañaban el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; la ministra de Economía, Felisa Miceli; el secretario de Legal y Técnica de la presidencia, Carlos Zannini; el ministro de Planificación Julio De Vido, y Cristina.Con ella, y conducidos por el CEO John Thain, el Presidente se trasladó al salón del directorio de la Bolsa, un ámbito despojado y severo del tercer piso, aunque de estilo francés. Allí los dos rubricaron el libro de visitas y tuvieron el descuido de no aclararlas. Son dos garabatos, irreconocibles.
NOTA DE P DE H: La presencia de Kirchner en Wall Street, como así también, el recibimiento que se le dio, marcan claramente cual es la orientación económica del gobierno, y quienes son los mas beneficiados con ella; esto es, los grupos concentrados del poder económico.
Por más que el presidente argentino tenga gestos adustos, y arranques de “rebelde”, no quedan dudas que es un hombre que se alista en las huestes del mercado. Su política en el plano de derechos humanos, de la cultura, seguridad, etc, que lo muestran como un político progresista (¿alguna vez explicarán que diablos quiere decir esto?) no se contradice en nada con su alineamiento con lo mas concentrado de la economía mundial. Al contrario, esto es lo que desnuda la verdadera identidad ideológica de Kirchner; un socialdemócrata.
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