(Clarin, 18 de septiembre del 2006)
El arma que es símbolo de la defensa de la democracia hecha por el general sublevado en 1956 debe incorporarse al patrimonio histórico de los argentinos.
Marcos Lohlé y Julio Raffo INVESTIGADORES HISTORICOS
El general Juan José Valle fue el jefe del Movimiento del 9 de junio de 1956, cuyo objetivo político era desplazar al gobierno militar de la Revolución Libertadora y convocar a elecciones libres en 180 días, con la participación sin restricciones del entonces proscrito y perseguido partido peronista. Vale recordar que el decreto-ley Nø 4161 de ese año establecía pena de hasta seis años de prisión para aquellos que utilizaran la "fotografía, retrato o escultura de los funcionarios o sus parientes o el nombre propio del presidente depuesto", como así también las expresiones "peronista", "peronismo", "justicialismo" o "tercera posición" entre otras.El 9 de junio el Movimiento insurreccional se hizo visible en la Capital Federal, el Gran Buenos Aires, la ciudad de La Plata y la provincia de La Pampa.El general Pedro Eugenio Aramburu, presidente a raíz del golpe militar de 1955, estaba enterado del levantamiento que se avecinaba. Lo dejó avanzar desplazando previamente a algunos jefes militares y realizando algunas detenciones significativas, con el objetivo de que el Movimiento estallase, pero sin posibilidades de triunfar. Momentos antes de ser fusilado, Valle le escribirá una carta a Aramburu diciéndole: "Para liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y sacrificarnos luego fríamente".Tal como estaba previsto, la mayoría de los participantes fueron inmediatamente detenidos y, sobre ellos, se desató una represión que sorprendió al país por su crueldad. Valle, diecisiete de sus camaradas y nueve civiles fueron fusilados por defender la real vigencia de la Constitución, ofreciéndole a la sociedad argentina la participación en elecciones sin proscripciones.Así, el nombre del general Valle resulta ser emblemático de aquella gesta y de su trágico desenlace.Su sable se convirtió en un símbolo material de su actitud militar y política en defensa de la democracia y, por ello, debería incorporarse al patrimonio histórico de los argentinos.Lamentablemente, hay una grave dificultad: no se sabe quién lo tiene.Con motivo del reciente fallecimiento de Susana Valle, la hija del general, indagamos entre sus familiares sobre quién tenía ese sable, para poder sugerirle su donación al Museo Histórico Nacional.La respuesta que recibimos fue sorprendente: "no sabemos quién lo tiene". Se sabe que hace algún tiempo alguien se lo pidió a Susana "en préstamo", y aún no lo devolvió. Esperamos y deseamos que, sea quien fuere la persona que lo tenga en su poder, lo entregue al Ministerio de Defensa, que ha sido tan sensible en el recuerdo y reivindicación de aquellos mártires, para que éste recabe la conformidad de los herederos respecto de su destino.Esa restitución puede ser hecha en forma pública o privada, pero debe ser hecha para evitar que ese símbolo desaparezca, como se intentó hacer desaparecer de nuestra memoria el significado histórico del Movimiento del 9 de junio y de la represión que se desató sobre sus hombres.
NOTA DE P. DE H: La presente nota fue publicada en el Diario Clarín. De su lectura, lo primero que surje es que el General Valle y los mártires que con él se revelaron lo hicieron por la "democracia", ocultando (¿intencionadamente?), que el levantamiento del 9 de Junio fue un movimiento cívico-militar de signo peronista que pretendía, además de elecciones libres, la vuelta de Perón del exilio.
Pretender identificar dicho levntamiento peronista, con un movimiento democrático es sacar las cosas de su contexto histórico, además de vaciar de significado hisórico dicho suceso.
Pero no obstante lo dicho, si se pretende honrar la democracia, desde Puerta de Hierro nos preguntamos: ¿Por qué aún hoy, 18 de septiembre del 2006 existe en plena Capital Federal, en el barrio de Caballito, en la calle Avellaneda y Donato Alvarez, una " Plaza Aramburu", con plaqueta y monolito incluído, en "honor" a este asesino y golpista? ¿O acaso, alguien podría pensar que en Argentina existiera una Plaza Videla?
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