PRIMERA BAJA TRAS LA INVASION AL LIBANO.
Renunció el general israelí que dirigió la guerra contra Hezbollah. Es Udi Adam. Dimitió tras las fuertes críticas internas a la conducción del conflicto.
El general israelí Udi Adam, quien estuvo a cargo de las tropas de su país que protagonizaron la guerra contra Hezbollah en el Líbano, debió renunciar ayer tras las fuertes críticas internas a la conducción política y militar de la contienda. Cuatro semanas después de que cesaran los ataques de Israel al país árabe, el malestar con el gobierno de Ehud Olmert continúa en la población. Y al conocerse la renuncia de Adam el propio ministro de Defensa, Amir Peretz, tuvo que salir a resistir su continuidad en el cargo, pese a presiones en contrario de dirigentes del partido Laborista.En cuanto al militar renunciado, que dirigía el comando norte de Israel, un comunicado del Ejército sostuvo que "pidió ser relevado de sus funciones y el jefe del estado mayor, el general Dan Halutz, accedió a esta solicitud". Luego agregó que "el general Adam permanecerá en su cargo hasta que su sucesor asuma sus funciones, según las normas vigentes en el ejército israelí".En Israel hay en marcha una investigación sobre la guerra que demorará varias semanas más. Muchos analistas y dirigentes del país criticaron al gobierno de Olmert porque no se logró desarmar a Hezbollah y porque no se preparó a la población para el conflicto. En la guerra murieron 162 israelíes, de los cuales 41 eran civiles y el resto, soldados (en el Líbano murieron más de mil personas, la mayoría civiles).La renuncia de Adam tomó por sorpresa a la cúpula militar israelí. El general anunció que su intención es abandonar el cargo cuando el último de los soldados israelíes deje el Líbano, probablemente en siete o diez días. Pero Halutz insistió en que espere el nombramiento de un reemplazante y que finalicen las investigaciones sobre la conducción del conflicto con Hezbollah.La prensa israelí interpretó la decisión de Adam como el primer movimiento que, en una fase sucesiva, podría provocar también la salida del general Halutz.Hijo de un héroe de guerra, el general Yekotiel "Koti" Adam, muerto por milicianos palestinos en 1982, en la primera guerra de Líbano, Adam sostiene haber perdido la confianza en sus superiores. Las fricciones entre él y Halutz se hicieron de dominio público a principios de agosto, cuando su superior envió al comando de la región militar del norte al vicejefe de estado mayor, general Moshe Kaplinsky, en lo que a muchos pareció un gesto de desconfianza hacia Adam.Por su parte, el ministro de Defensa Amir Peretz afirmó que "la renuncia de un general siempre es un asunto serio", y anticipó que hoy se reunirá con Adam para conocer mejor sus motivos. Un antecesor en Defensa, Benyamin Ben Eliezer, declaró a su vez que Halutz debe "seguir el ejemplo del general Udi Adam" y presentar su renuncia. "Debe mirar a los ojos al pueblo de Israel y las familias que perdieron parientes, asumir su responsabilidad e irse", agregó.Peretz rechazó el pedido de renuncia que le formularon asimismo un grupo de dirigentes de su partido, el Laborismo, que lo animó a seguir el ejemplo de Adam. En una entrevista concedida a Canal 10, Peretz dijo que en esta etapa su renuncia tendría un efecto "opuesto al que necesi ta Israel", que requiere "una verificación justa (de la gestión del conflicto con Hezbollah) que llegue a conclusiones justas".Para Peretz, nuevas dimisiones podrían "entorpecer la investigación en curso sobre la guerra".Más de 20.000 manifestantes exigieron el sábado pasado en Tel Aviv la creación de una "comisión investigadora estatal independiente". Ante la presión popular, se crearon y se están por crear en el Legislativo y en otros órganos del Estado varias comisiones investigadoras.Bombas racimo El ejército israelí diseminó en el Líbano al menos 1,2 millones de bombas racimo durante la guerra contra Hezbollah, publicó el diario "Haaretz". Su fuente fue el jefe de una batería lanza misiles que usaba esas bombas.
NOTA DE P. DE H: La renuncia de uno de los generales israelíes que condujo la guerra contra el Líbano es la prueba palmaria de la derrota que Israel sufrió a manos del Hezbollah.
Por otra parte, los defensores de los derechos humanos y la democracia no dudaron en utilizar bombas racimo, fósforo blanco y bombardeos contra civiles, violando así la Convención de Ginebra y cometiendo crímenes de guerra. Frente a esta realidad no cabe duda de quiénes son los terroristas.
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