jueves, septiembre 14, 2006

Según el FMI, la economía argentina será uno de los motores del crecimiento latinoamericano en 2006

(Clarin, 14 de septiembre del 2006)

El informe que presentó hoy el organismo destaca que el país crecerá a una tasa del 8 por ciento, la más alta de la región. Además prevé una inflación del 12,3 por ciento para este año y del 11,4 por ciento para el 2007.

La economía argentina será uno de los motores del crecimiento latinoamericano en el 2006 y crecerá a una tasa del 8 por ciento, la más alta de la región según el informe "Perspectivas Económicas Mundiales", presentado hoy por el FMI. La cifra es siete décimas superior a la anunciada por el organismo en abril. Además el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el país crezca un 6 por ciento en el 2007, dos puntos porcentuales más que la última estimación. Ese crecimiento se produce, de todos modos, en un ambiente de presiones inflacionarias, de acuerdo con el informe. El organismo multilateral adelanta una inflación del 12,3 por ciento para este año y del 11,4 por ciento para el 2007. En el 2005, la inflación fue del 9,6 por ciento. Por otro lado, Argentina alcanzará este año un superávit por cuenta corriente del 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 1,9 por ciento del 2005. La cifra quedará colocada en el 0,6 por ciento en el 2007.
En líneas más generales, América Latina crecerá este año un 4,8 por ciento y en 2007 un 4,2 por ciento, más que lo previsto inicialmente. La región ha superado las expectativas del FMI en los últimos seis meses, por lo que el organismo aumentó en cuatro décimas su pronóstico de crecimiento para 2006 y en seis décimas para 2007.

NOTA DE P. DE H: Este organismo perteneciente a la plutocracia internacional tiene el cinismo que caracteriza a los cultores del putrefacto Nuevo Orden Mundial.
Resulta que el FMI, que se la pasó augurando catástrofes económicas y políticas para la Argentina si no aplicaba sus recetas, esto es, neoliberalismo descarnado, ahora vaticina crecimiento para dos años. Por supuesto que la política económica de nuestro país no es lo que nosotros queremos, pero tampoco se puede desconocer que, desde la salida de la convertibilidad a la fecha, ha habido un cambio que permitió que el país salga del infierno al que tanto liberal recalcitrante nos había llevado.
Es asombrosa la capacidad de la sinarquía internacional para acomodar su juego según las variables de la realidad. Pero no debería sorprender, es parte del pragmatismo característico de los anglo-norteamericanos.
Habría que recomendarles a los señores del “fondo” que hagan como diría A. Basile: “silencio stampa”.

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