(Clarin, 25 de septiembre del 2006).
LA ORGANIZACION SEPARATISTA VASCA A seis meses del alto el fuego, ETA dice que no dejará la lucha armada
Recién lo hará cuando logre la independencia del País Vasco. El gobierno cree que es una presión por los diálogos de paz.
Tres encapuchados de ETA anunciaron ante 1.500 nacionalistas radicales vascos que continuarán con "las armas en la mano hasta lograr la independencia de Euskadi". Mientras uno de ellos leía la proclama, otros dos se mantenían a su lado exhibiendo fusiles ametralladoras. Al final, dispararon ráfagas al aire y corrieron hasta un bosque vecino donde desaparecieron.Ayer se cumplieron seis meses desde que comenzó el "alto el fuego permanente". Y ETA ha querido escenificar, con dramatismo, que se niega a considerarse derrotada y exige al gobierno socialista que ceda en sus exigencias de claro abandono de la violencia para comenzar las negociaciones de paz. Pero, pese a las palabras exaltadas y los tiros al aire, nadie de ETA ha anunciado el fin del cese de fuego permanente. Algunas versiones periodísticas indican que, de acuerdo a las declaraciones del jefe de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a mediados de octubre se produciría el comienzo de las negociaciones para la paz. Sin embargo, un sector muy importante de ETA y de Batasuna se empeña en dar un ultimátum al ejecutivo para replantearse el alto el fuego si no se registran avances significativos antes del 15 de octubre.El gobierno y los partidos vascos democráticos insisten en que el proceso de paz es irreversible y que si ETA vuelve a la violencia terrorista su aislamiento social y político será total. Un vocero de la ilegalizada Batasuna, el brazo político de ETA, señaló que el proceso de paz vive una situación de "bloqueo y crisis". Joseba Permach señaló que el gobierno debe encauzar el debate para situarlo en la raíz del problema que es "la autodeterminación, la territorialidad y la existencia de un pueblo con derecho a decidir su futuro". Deben cesar, advirtió, las actuaciones contra la izquierda abertzale (nacionalista radical) de la Justicia y las fuerzas de seguridad españolas. El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó categóricamente los planteos de ETA. "El fin de la violencia no tiene precio político. Vamos a recorrer el camino de la paz con firmeza. Tiene que saber quien lo tiene que saber, los que secundan o practican la violencia, que las reglas del juego son y están claras: legalidad y paz. Y la paz significa ausencia de violencia, de toda manifestación de violencia", dijo.El líder socialista aludía a los episodios de "lucha callejera" a los que también se refirió críticamente el presidente del gobierno Vasco, Juan José Ibarretxe. Cuando el 29 de junio pasado, Rodríguez Zapatero anunció que se iniciaba una negociación con ETA, señaló que se iba a producir una verificación para comprobar si la banda terrorista mantenía su compromiso de alto el fuego. Esta alternativa no se ha verificado porque continúan los atentados.La de ayer fue una jornada llena de tensiones porque la banda volvió a su retórica de guerra: "Tenemos la sangre preparada para darla por la independencia. Lo conseguiremos. Seguiremos luchando firmemente con las armas en la mano hasta conseguir la independencia y el socialismo para el País Vasco", dijeron.Mientras tanto, la ola de sabotajes y atentados de la "guerrilla urbana de ETA", arreciaba por cuarto fin de semana consecutivo. En total, ya son cuarenta las acciones violentas de los "cachorros de ETA". Una emisora de radio en Pamplona fue atacada con bombas incendiarias lo mismo que varios cajeros automáticos. Estas últimas semanas, además de sucursales bancarias, han sido blanco de los cócteles "molotov" oficinas de correos, casas del pueblo socialistas, la Subdelegación del Gobierno en Vitoria, capital de la región autónoma vasca, juzgados, mobiliario urbano y autobuses de transporte.El coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, afirmó que "ETA no nos va a chantajear ni a influir en el proceso de paz ni mediante la violencia ni con comunicados anacrónicos de encapuchados que pertenecen al pasado". Llamazares aludió también al conflicto que se registra tanto en ETA como en su brazo político, la ilegalizada Batasuna. "No sabemos si el comunicado es de ETA o una parte de ETA", afirmó.Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, afirmó que ETA "continúa siendo una organización terrorista y criminal que quiere imponer por la fuerza sus criterios a los españoles".En el gobierno, se entiende que ETA multiplica sus presiones ante la inminencia del comienzo de la etapa de diálogo. Por eso, ETA se niega a que su expresión política, Batasuna, vuelva a la legalidad aceptando los requisitos de la Ley de Partidos Políticos. O sea, repudio de la violencia, otro nombre y nuevos estatutos para asumir la lucha política democrática. Batasuna se niega y pide que se derogue la Ley de Partidos Políticos.
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